Misa «in Coena Domini» de Jueves Santo
El Papa ha pedido a los fieles ser «servidores unos a los otros» y posteriormente ha lavado los pies a una docena de enfermos, en una breve e improvisada homilía durante la misa ‘in Coena Domini’ de Jueves Santo, en la que también ha subrayado que Dios se ha hecho «siervo y servidor» y ha subrayado que esta es su principal «herencia». En la misa celebrada en Fundación Don Carlo Gnochi- Centro Santa María della Providenza, Francisco ha pedido a los asistentes que se den «amor» y sean «servidores» porque es la «herencia de Jesús».
17/04/14 8:15 PM | Imprimir | Enviar
(EP/InfoCatólica) Ante los enfermos, el personal de la fundación, algunos voluntarios y familiares, el Pontífice ha explicado que «lavar los pies» es un gesto «histórico» que los esclavos hacían «porque las calles eran de arena en esa época y cuando se entraba en casa tenían que lavarse los pies».
Con palabras directas y sencillas, ha puesto de manifiesto que la Iglesia conmemora con este acto «la última cena de Jesús» cuando instituye la Eucaristía. A continuación, ha anunciado que se iba a disponer a lavar los pies a algunos de los enfermos y ha pedido a los asistentes que pensaran «cómo ayudar, cómo servir al otro». «Jesús hace un trabajo de esclavo», ha comentado para pedir después ser «servidores unos a los otros».
Las doce personas a quienes Francisco ha lavado los pies sufren lesiones ortopédicas, oncológicas y neurológicas, y tienen entre 16 y 86 años. Entre ellos, hay tres extranjeros y uno es de fe musulmana.
Antes de entrar en el edificio, el Papa ha recibido una calurosa bienvenida y ha saludado y bendecido una a una a todas las personas que le estaban esperando fuera del recinto.
La casa hogar de la Fundación Gnocchi fue creada por el sacerdote italiano Carlo Gnocchi, quien comenzó su trabajo acogiendo a niños mutilados y con discapacidad durante la Segunda Guerra Mundial, y fue beatificado por Benedicto XVI en el año 2009.
Homilía del Santo Padre Francisco en la Santa Misa in Coena Domini
Fundación Don Carlo Gnocchi
Centro Santa María de la Providencia, Roma
Jueves Santo, 17 de abril de 2014
Hemos sentido lo que Jesús hizo en la Última Cena. Es un gesto de despedida. Es la herencia que nos deja. Él es Dios y se hizo siervo, servidor nuestro, y ésta es la herencia. También ustedes deben ser servidores, uno de los otros. Él hizo este camino por amor. También ustedes tienen que amarse y ser servidores en el amor. Ésta es la herencia que nos deja Jesús.
Y hace este gesto de lavar los pies porque es un gesto simbólico: lo hacían los esclavos, los siervos, a los comensales, a la gente que venía al almuerzo o a la cena porque en aquel tiempo las calles eran todas de tierra, y cuando entraban a casa, era necesario lavarse los pies.
Jesús hace un gesto, un trabajo, un servicio de esclavo, de siervo, y esto lo deja como herencia entre nosotros. Nosotros tenemos que ser servidores unos de los otros, y por eso la Iglesia, en el día de hoy cuando se conmemora la Última Cena, cuando Jesús ha instituido la Eucaristía, también hace en la ceremonia este gesto de lavar los pies, que nos recuerda que nosotros debemos ser siervos unos de otros.
Ahora yo haré este gesto, pero todos nosotros, en nuestro corazón, pensemos en los otros, y pensemos en el amor que Jesús nos dice que tenemos que tener con los otros; y pensemos también cómo podemos servirles mejor, a las otras personas, porque así Jesús lo quiso de nosotros. Así sea.
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