(ABC) Criticó que se paguen los salarios en negro o se ofrezcan 600 euros al mes por 11 horas de trabajo, sólo porque siempre habrá alguien que aceptará debido a la necesidad, en un discurso dirigido a varias cooperativas italianas.
«Hay quien ofrece 11 horas de trabajo al día por 600 euros al mes. Y si no te gusta, pues te dicen que te vayas a casa. Esto es lo que pasa en este mundo, donde si tú no aceptas otro aceptará. El hambre hace que se acepten también trabajos en negro, como todo el personal doméstico. ¿Cuántos de ellos tienen garantizada la pensión?», explicó el papa.
Francisco, que improvisó en varias ocasiones respecto al discurso preparado, también lamentó el «drama de la cultura del descarte» y dijo, a modo de ejemplo:«¿Y tú que eres?. Soy ingeniero. ¿Cuántos años tienes?. 49. Entonces no sirves, vete».
Animó también a los trabajadores a tener mentalidad de iniciativa empresarial, y el Papa les invitó a «invertir e invertir bien», pues las empresas necesitan modernizarse y crecer. En caso de dificultades para encontrar capital, Francisco sugirió «mayor colaboración entre cooperativas bancarias y cooperativas empresariales».
En momentos de dificultad, los trabajadores no pueden quedarse pasivos sino asumir riesgos como en el caso de «empresas en dificultad, que para los propietarios sea preferible dejar morir, pero que pueden revivir mediante ‘workers buy out’, la compra por parte de los trabajadores».
El trabajo con espíritu de equipo es más productivo y, según Francisco: «en una cooperativa, uno más uno suman tres».
Aparte de prestar atención especial al empleo de los jóvenes y de las mujeres, las empresas cooperativas deben «conciliar o, mejor dicho, armonizar trabajo y familia», facilitando a las mujeres «la libertad de ser cada vez más protagonistas tanto en la empresa como en la familia». Entre las formulas prácticas se cuentan «desde las guarderías a la asistencia a domicilio» a los trabajadores enfermos o a los ancianos al propio cargo.
Es necesario evitar que la creciente presión en el trabajo no termine agravando la caída demográfica que contribuye al declive de tantos países. Es importante salir del círculo vicioso pues, según el Papa, «la economía nunca se renueva en una sociedad que envejece».
Con gran realismo sobre una lacra social extendida, el Santo Padre subrayó la necesidad de transparencia en la gestión, recordando que las empresas cooperativas «deben promover la economía de la honradez». Les invitó también a desenmascarar las falsas cooperativas, «que prostituyen el nombre» pues lo adoptan como truco de marketing.
Las empresas cooperativas italianas dan trabajo a cientos de miles de personas. Muchas nacieron por iniciativa de sacerdotes o de organizaciones católicas en los siglos XIX y XX. El Papa les propuso una doble apertura en el siglo XXI. Por una parte, a internacionalizarse. Y por otra, a no limitarse a ambientes católicos sino «caminar juntos con todas las personas de buena voluntad».
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