(Efe) En su escrito semanal, el prelado recuerda que los padres de los alumnos son los responsables fundamentales de la educación de sus hijos, «también en la dimensión moral y religiosa de su educación», por lo que la escuela, de iniciativa pública, concertada o privada «es un servicio a este derecho y responsabilidad de los padres».
Rodríguez recuerda que así se recoge en el artículo 27,3 de la Constitución Española y añade que la escuela «no es laica o creyente: los son las personas y, por ello, la opción de los padres debe ser respetada».
Según el arzobispo primado, los padres que eligen la escuela concertada o la privada o prefieren la escuela pública pero con clase de religión confesional «pagan los mismos impuestos que los que no eligen la enseñanza de la religión para sus hijos», y se pregunta: «¿Por qué se olvida esto con tanta frecuencia en España?».
Por ello, apela a «la importancia de tener los padres las ideas claras también en este mes de agosto y cuando comience el próximo curso escolar» y por que esta cuestión «sea un punto de reflexión en vacaciones escolares».
Asimismo, considera que «es bueno rechazar el infundio de que asistir a la clase de religión significa que uno es 'adoctrinado', ni es recibir catequesis» y califica de «afirmación gratuita» que se diga que la Iglesia Católica «utilice el centro educativo público para la catequización.
El arzobispo de Toledo avanza en su escrito semanal que el próximo curso pastoral se abordarán «temas candentes como qué es educar, la libertad religiosa, la escuela concertada y razones para que exista».
Y puntualiza: «No se trata únicamente de la clase de religión, que estaríamos defendiéndola como única finalidad, se trata de la libertad de los ciudadanos, que puede estar en peligro, se trata de la posibilidad o no de que los padres tengan mucho que decir en el tipo de educación que eligen para sus hijos».
«Se trata, en definitiva, de si en nuestra tierra se admite o no lo que la sociedad civil elige o únicamente es posible lo que las clases dirigentes imponen», apostilla el prelado.
Mons. Rodríguez comienza su escrito con una referencia a una carta que publicaron en 2012 los padres de alumnos de un instituto de Toledo sobre la asignatura de religión y apunta que «los que entonces pensaban que en la escuela de iniciativa pública no debía darse clase de religión eran bastantes, pero hoy son muchos más quienes no solo lo piensan, sino que estarían decididos a no aceptarlo».
Son personas individuales, partidos políticos y plataformas sociales o reivindicativas, que «piensan que ese modo de educar moralmente a los alumnos que eligen clase de religión es algo del pasado y de partidos 'tradicionales' y que hoy hay que hacer otra cosa».
El arzobispo añade: «Hoy ya se dice por algunos, que la escuela pública, debe tender a ser la única y, solo en el caso de que no llegue este tipo de escuelas a cubrir todas las necesidades educativas, puede aceptarse ayuda a la escuela de iniciativa privada».
«Con ello se piensa que no deben existir tampoco conciertos con instituciones que no sean del Estado, y por ello, nada pensar en religión como asignatura 'libre' para los alumnos obligatoria para los centros», ha apuntado el arzobispo..
«Por ahí van los senderos de partidos políticos actuales, con mayor o menor representatividad», asevera Braulio Rodríguez, que puntualiza que los profesores de la carta de 2012 olvidaban «algo fundamental, que los padres son los fundamentales responsables de la educación de sus hijos».
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