(Catholic Herald/InfoCatólica) Sire fue suspendido en marzo, cuando la Orden estableció una comisión disciplinaria. Su libro, titulado The Dictator Pope, critica las intervenciones de Francisco en las órdenes religiosas, y asegura que el papa había introducido ambigüedad doctrinal, siguiendo el programa de la «mafia de San Galo» que provocó su elección.
Sire también afirmó que el Vaticano estaba cada vez más dominado por hombres de la iglesia corruptos, mientras que los funcionarios con integridad vivían con miedo.
El libro provocó opiniones diversas: algunas reseñas lo elogiaron como un retrato preciso de la realidad, mientras que otras dijeron que no tenía fuentes adecuadas y que era culpable de irreverencia hacia el Papa.
Ahora, el Gran Maestre de la Orden de Malta, Fra 'Giacomo Dalla Torre, ha decretado que Sire sea expulsado, ya que su libro es «gravemente ofensivo e irrespetuoso para con la persona del Santo Padre» y su conducta es «totalmente incompatible con su membresía de la Orden».
Sire ha defendido el libro como una advertencia necesaria para la Iglesia, diciendo que espera que ayude a los cardenales en el próximo cónclave a «evitar cometer el mismo error». En una declaración después de su expulsión, Sire dijo que escribió su libro «para el bien de la Iglesia, en defensa de la fe y en obediencia al deber de un cristiano de dar testimonio de la verdad».
Pero el decreto de expulsión dice que, si bien el derecho canónico reconoce el derecho a los comentarios públicos sobre la Iglesia, también dice que tales comentarios deben mostrar «reverencia» a los «pastores» y estar «atentos al bien común y la dignidad de las personas». El decreto dice que Sire quebrantó esos principios.
Polémica por el procedimiento seguido
Tras la expulsión ha surgido una polémica sobre si se había seguido el debido proceso. En una declaración, Sire dijo que la expulsión era «ilegal porque evita los procedimientos y principios establecidos en el propio Código legal de la Orden». Afirma que, si bien intercambió cartas con la comisión, nunca fue convocado a una audiencia, y no se tomó la declaración a ningún testigo.
Un portavoz de la Orden le dijo al Catholic Herald que «la comisión disciplinaria invitó a Henry Sire a venir a Roma para defenderse, algo que nunca hizo». El historiador rechazó esa versión, diciendo que «en ningún momento se hizo mención alguna de una audiencia ante un tribunal de la Orden en la que se esperaba que estuviera presente. Mi abogado y yo respondimos en su totalidad a todas las solicitudes de defensa formuladas por la comisión disciplinaria, y lo hicimos dentro de los plazos estipulados. Es una completa falsedad implicar que no he cumplido con mis obligaciones en el procedimiento iniciado en mi contra».
En repuesta, el portavoz de la Orden dijo que «el Presidente de la Comisión Disciplinaria ofreció a Henry Sire la posibilidad de ser auditado ante la comisión. Es un hecho que Henry Sire nunca utilizó esta posibilidad».
Sire y sus abogados tienen la intención de apelar la sentencia, «a través de los tribunales de la Orden y, si es necesario, ante la Santa Sede», según un comunicado.
Publicar un comentario