Portavoz de los Legionarios de Cristo: «El apoyo que hemos sentido de la Iglesia nos ha hecho abrirnos más a la comunión»


(Alfa y Omega/InfoCatólica) «El apoyo que la Iglesia nos ha dado en los momentos de dificultad nos ha ayudado mucho y ha sido muy enriquecedor», dice, convencido además de que la Legión sale reforzada en su identidad cristocéntrica


¿Tan grande es el cambio que suponen las nuevas Constituciones?


Hay un gran cambio incluso de estructura respecto a las Constituciones aprobadas en 1983 y actualizadas en 1994, ya simplemente en el volumen. Las Constituciones anteriores tenían 872 números, ahora estamos hablando de menos de 250. Se ha separado netamente lo que es constitutivo de lo que son aplicaciones. Las aplicaciones se han dejado a códigos secundarios, un directorio, un reglamento de administración, etc.


Uno de los grandes temas es la autonomía de las distintas ramas de la Legión de Cristo.


En cuanto al gobierno, eso ya ha comenzado. Los laicos consagrados y las consagradas del Regnum Christi tienen gobierno propio. Al mismo tiempo todos hemos expresado un gran deseo de unidad en la misión. La familia del Regnum Christi es más grande que cualquiera de las partes. Aquí entran también los laicos que viven en el mundo, casados o solteros, y que participan de esta espiritualidad.


Se mantienen también, como es natural, algunas estructuras comunes. El director general del Regnum Christi sigue siendo el director general de la Legión. No es que necesariamente vaya a ser así siempre, pero de momento ha parecido lo más viable. Y en el comité directivo del Regnum Christi, de reciente creación, están los directores generales de las tres ramas, consejeros de las tres ramas y laicos. Es ahí donde se toman las decisiones más importantes sobre lo que es común.


¿Qué cambios supone esto esta en la vida diaria?


Los consagrados, que antes vivían con nosotros, ahora tienen sus comunidades propias. También el enfoque de la espiritualidad de los consagrados y consagradas es ahora más laical, que incide en cómo portar su consagración al ámbito secular (Los estatutos de las consagradas, por cierto, tienen un toque femenino muy bonito). Nuestra espiritualidad, la de los sacerdotes legionarios, incide en nuestra dimensión sacerdotal.


¿Cómo es el nuevo seminarista que entra a la Legión?


Por una parte, es un tipo bien informado, que sabe dónde se está metiendo. Sabe que ha habido una crisis institucional, y nosotros mismos hemos hecho una toma de postura respecto al fundador. Y sabe también, porque lo ha experimentado, que éste es un camino, entre otros que hay en la Iglesia, para crecer como persona y como cristiano. El padre Robles-Gil dijo recientemente en una entrevista que el Regnum Christi es una opción muy válida para seguir a Cristo, porque no es un camino de éxitos fáciles, sino una institución marcada por la cruz. Generalmente, es un chico –o una chica en el caso de las consagradas– normal, con ganas de hacer algo grande. Hay que ayudarle a que creciendo y conociendo mejor su fe, pueda tomar una decisión madura. La formación se va adaptando no sólo al ideal, sino también al chico que llega, porque hay que resolverle sus preguntas. Hay gente muy buena que está buscando. A veces nos ha faltado salirles al encuentro.


¿Se da por superada la crisis de vocaciones?


Superada, no. Gracias a Dios, no han dejado de llegar vocaciones. Sin embargo, hay varios factores no exclusivos de la Legión que nos afectan: la secularización, la baja tasa de natalidad. Creo que el gran reto es crear los ambientes donde se pueda hacer la experiencia de Cristo vivo, no de un moralismo trasnochado. Entonces pueden florecer las vocaciones que Dios siembra en la Iglesia. Es importante no dejar nunca de hacer la propuesta de conocer a Cristo y de preguntarte: Señor, ¿cómo quieres que yo te siga?


El plan formativo cambia considerablemente con las nuevas Constituciones.


Sí, se está repensando la duración de alguna de las etapas, si conviene un periodo más largo de mayor maduración antes de entrar en el noviciado... Son preguntas abiertas. Ya se ha reestructurado la organización del Centro de estudios superiores, donde se estudia Filosofía y Teología en Roma, para poder brindar una atención más personalizada y grupos más pequeños.


¿Cómo afectan estos cambios al Noviciado de Salamanca?


Este curso no se abrió curso de Humanidades en Salamanca. Se ha quedado sólo el noviciado, porque la situación económica, si bien no es de quiebra, no es boyante, y se vio que la solución más responsable era ofrecer sólo Humanidades clásicas en Connecticut (EE.UU.) y en Monterrey (México). La pedagogía dentro del noviciado también se ha ido modificando en los últimos años para insistir más en el discernimiento, en la responsabilidad personal de cada uno de los novicios. También ha habido mayor apertura para aprender de lo que otras instituciones de la Iglesia han hecho y les ha dado buenos resultados. Quizá en algún momento, al tener abundancia de vocaciones y por poco sentido de autocrítica, nos fijábamos poco en qué estaba haciendo el resto de la familia de la Iglesia. Esta experiencia y ver el apoyo que la Iglesia nos ha dado en los momentos de dificultad nos ha ayudado mucho y ha sido muy enriquecedora.


¿En qué, por ejemplo?


Había poca insistencia en la inserción plena en la Iglesia local. Creo que en algunos casos no se insistía lo suficiente en sentirse parte del presbiterio de la diócesis, en la colaboración en los planes pastorales diocesanos... Hemos visto que, además de inculcar amor al Papa y a la Iglesia universal, hay que hacerlo también por la realidad diocesana. Necesitábamos abrirnos más a ese espíritu de comunión, valorar y apreciar lo que los otros tienen, partiendo de la propia identidad, para enriquecerla y enriquecer. Ése es un enfoque muy importante. No es que antes no existiera, pero no se subrayaba tanto.


Al mismo tiempo, hay una gran movilidad en la Legión de Cristo...


Es cierto, no estamos permanentemente adscritos a una provincia. Se seguirá dando esa movilidad que hace a la Legión muy flexible, versátil y, al mismo tiempo, tiene los retos de la adaptación a la cultura o modo de pensar del lugar en el que estas trabajando. No es lo mismo la catequesis en España, en Alemania o en Brasil. En Brasil, a lo mejor, habrá que ponerle un poco de samba al asunto, y a los alemanes habrá que explicarles la fe con una lógica contundente... Estoy caricaturizando un poco, pero la flexibilidad es un tema muy importante de adaptación a las culturas. En la Legión y el Regnum Christi creemos que tenemos algo que aportar en todas partes, pero también somos muy conscientes que cada cultura, cada Iglesia local tiene mucho que aportarnos. No queremos sentirnos ajenos, sino parte viva de esa Iglesia local allí donde nos encontramos.


Por supuesto, también hay una identidad de familia, que hace que al Regnum Christi se le reconozca como tal en cualquier lugar, por su estilo de apostolado, por sus obras, por ciertas expresiones... Hay un cierto estilo y una línea muy clara. El modo de gestionar un colegio en EE.UU. y en España es muy distinto, pero los dos son reconocidos como colegios del Regnum Christi. Nosotros, en algún momento de nuestra historia, hemos cometido el error de querer homologar casi todo. Esto se ha corregido. Pero hemos aprendido también que sí hay elementos irrenunciables, como la identidad católica de los colegios y universidades, y otros en las que, en cambio, hay que adaptarse a las necesidades de cada país, de cada realidad, de cada cultura.


¿Cómo definiría la espiritualidad de la Legión de Cristo?


Nuestro carisma se identifica mucho con el misterio de Jesucristo que anuncia el Reino, el amor del Padre, e invita a que se haga la experiencia de estar con Él para enviarlos luego a predicar, como dice el evangelio según san Marcos en el capítulo 3. Todos en Regnum Christi nos identificamos con ese querer invitar a hacer la experiencia de Cristo. Los grupos de familia, la universidad, las escuelas... son ocasión para hacer esa experiencia, que no sólo de consumo personal, sino para irradiarla, de modo que Cristo pueda valerse de nosotros para invitar a otros a hacer esa misma experiencia.


¿Pero cómo se presenta la Legión de Cristo ante el mundo?


Tenemos el reto ahora de ir escribiendo libros sobre nuestra espiritualidad, una espiritualidad vivida y que parte del Evangelio. Nos ha ayudado mucho esta crisis, porque nuestra espiritualidad es eminentemente cristocéntrica, y el hecho de que el fundador tenga que ser apartado a un lado nos ayuda en que no se convierta en una distracción. Permite también que la Legión no se quede anquilosada en dichos, hechos y estructuras condicionados por un contexto histórico muy concreto. El no tener unos escritos del fundador como un punto de referencia perenne nos da una gran capacidad de creatividad para vivir el carisma en el momento presente.


Está el reto de transmitir esa experiencia espiritual a los que vienen llegando y a los laicos. Y que cada uno viva conforme a su identidad esa espiritualidad cristocéntrica, contemplativa y al mismo tiempo evangelizadora, misionera.


No es tanto que haya habido cambios en los últimos tiempos de contenido, como de enfoque. Por ejemplo, antes hablábamos de que el legionario era contemplativo y conquistador. Hemos quitado la palabra conquistador, porque en ciertos contextos culturales causa problemas, y por otra parte parecerían términos contrapuestos, cuando en realidad aluden a una misma realidad: el cristiano es contemplativo y es misionero, las dos cosas. No puede ser una sin la otra. ¡Una religiosa de clausura es contemplativa, pero es misionera como pocas! Y un misionero que no reza se convierte en un activista social.


Hemos ido afinando detalles. Otro aspecto muy importante, en las constituciones nuevas es que le hemos dado un énfasis especial, tanto que se le ha dedicado un capítulo específico, a la vida fraterna en comunidad. Estaba presente como «unidad y caridad en la congregación», pero nos dimos cuenta que necesitábamos cultivar más esa relación de hermanos, de comunión, como algo esencial de la vida religiosa, no como una virtud más.


Eliminadas las referencias al fundador, ¿hacen falta nuevos documentos que sirvan de referencia, y expliquen al mundo quiénes son los Legionarios de Cristo?


La Constitución aporta los puntos constitutivos básicos fundamentales. Ahora, es una tarea pendiente el sentarnos a escribir, pero con la predicación, las homilías, las charlas, los retiros... irá saliendo, porque todo lo que uno hace lleva la impronta de su realidad. Naturalmente, hay que hacer también ese trabajo sistemático. Es algo que tenemos que hacer todavía, que ya ha empezado, porque hay escritos de Legionarios y miembros del Regnum Christi que transmiten esta vivencia de Cristo. Pero todavía nos falta realizar esa tarea. Si usted me dice: «Déme tres libros que nos puedan ayudarnos a entenderlo», de momento le remito a unos libros del padre Héctor Guerra y del padre Juan Pablo Ledesma, que explican la relación con la Virgen María, con Jesucristo, la vivencia de la caridad. O los escritos del padre Antonio Izquierdo, que en paz descanse. No son un documento oficial, y creo que nunca habrá ese libro definitivo, sino más bien comentarios que expliquen las constituciones, comentarios que ayuden por ejemplo a los maestros de novicios a explicar mejor la espiritualidad...


En Internet, hay abundante información institucional, que todavía tenemos que terminar de actualizar. Y hay reflexiones sobre la espiritualidad, sobre la vida de oración, que ha promulgado el Capítulo General y que se encuentran en la web; son documentos públicos, en los sitios del regnumchristi.org y de legionariosdecristo.org, que pueden ayudan a entender mejor la espiritualidad legionaria. Pero un compendio, una visión orgánica de la espiritualidad..., eso es todavía es una asignatura pendiente. Somos conscientes de que lo tenemos que hacer, como también una investigación histórica sobre la fundación. Tenemos un gran y abundante archivo histórico, bien documentado, organizado, etc. que podrá ayudar a historiadores a escribir una historia científica sobre el tema. De momento, nos ha parecido mucho más urgente asegurar que tenemos esa información mientras los protagonistas están en vida. Hablamos de material de audio, documentos, vídeos, testimonios... Estos materiales existen y se está viendo qué uso se les puede dar y en qué momento. Sí vemos la necesidad de contar una historia fidedigna y científica de todo lo que hemos vivido, y no una historia oficial remozada de algún modo que no correspondería a lo que queremos ser. Queremos contar con mucha transparencia y verdad nuestra historia. Para mí ha sido una historia de caída, y al mismo tiempo de redención, porque se ve el poder de Dios de una manera clarísima, de la misericordia de Dios. Somos realmente objeto de esa misericordia de Dios y eso es lo que queremos anunciar.


Por Ricardo Benjumea en Alfa y Omega



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