(AsiaNews/InfoCatólica) La «idoneidad de la materia eucarística», o sea que el pan y el vino para la Eucaristía sean realmente pan de trigo sin levadura y vino de uva, es un tema importante que los obispos deben «vigilar» para que vengan «garantizados» por los productores y distribuidores.
Es el tema de una carta firmada por el cardenal Robert Sarah, prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, que «en nombre del Santo Padre Francisco», ha difundido hoy la Oficina de Prensa de la Santa Sede.
La «vigilancia» se ha convertido en necesaria porque mientras que en el pasado hubo congregaciones religiosas que estaban preocupadas de producir obleas y vino para la misa, estos productos hoy «también se venden en los supermercados, otros comercios y a través de Internet», dejando «dudas sobre la validez de la materia eucarística».
Constitución del pan idóneo para la materia eucarística
La carta recuerda que «El pan que se emplea en el santo Sacrificio de la Eucaristía debe ser ázimo, de sólo trigo y hecho recientemente, para que no haya ningún peligro de que se corrompa. Por consiguiente, no puede constituir la materia válida, para la realización del Sacrificio y del Sacramento eucarístico, el pan elaborado con otras sustancias, aunque sean cereales, ni aquel que lleva mezcla de una sustancia diversa del trigo, en tal cantidad que, según la valoración común, no se puede llamar pan de trigo. Es un abuso grave introducir, en la fabricación del pan para la Eucaristía, otras sustancias como frutas, azúcar o miel».
Constitución del vino idóneo para la materia eucarística
A su vez, «El vino que se utiliza en la celebración del santo Sacrificio eucarístico debe ser natural, del fruto de la vid, puro y sin corromper, sin mezcla de sustancias extrañas. [...] Téngase diligente cuidado de que el vino destinado a la Eucaristía se conserve en perfecto estado y no se avinagre».
Excepciones
Se hacen excepciones. Por ejemplo, para los que son celiacos, se puede utilizar «obleas parcialmente libres de gluten», pero no totalmente exentos; y en lugar de vino puede utilizar el mosto, siempre que esté garantizada como «jugo de uva, ya sea fresco o conservado mediante la suspensión de su fermentación a través de procedimientos que no alteren la naturaleza (por ejemplo. congelamiento)».
La carta sugiere a las distintas conferencias episcopales encontrar el modo - a través de congregaciones religiosas o las autoridades competentes - para garantizar la idoneidad de la «producción, almacenamiento y venta del pan y el vino para la Eucaristía en un determinado país y en otros países de los cuales venga exportado».
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