(La Vanguardia) No tenía antecedentes y, aunque Estado Islámico reivindicó el ataque perpetrado por uno de sus «soldados», tanto los agentes federales como la policía aseguran que no tienen constancia que tuviera relación con ninguna organización terrorista internacional.
El presunto autor era un hombre retirado, de 64 años, aficionado al juego y que había trabajado de contable durante muchos años. Además, según su hermano, también era un multimillonario del ladrillo. Hizo su fortuna invirtiendo en el sector inmobiliario dijo Eric Paddock a los periodistas. Tenía casas y apartamentos alrededor de Orlando (Florida), un importante capital que, junto a la ausencia de descendencia, le permitía jugar y jugar. «Era un tipo que tenía dinero. Que iba a cruceros y jugaba», expresó su hermano.
A Stephen Paddock le gustaba apostar, asistir a conciertos y gastar el dinero de su jubilación en casinos y salas de juego como el que escogió como escenario para disparar este domingo contra miles de personas. Pero no era un simple jugador: Paddock apostaba a lo grande, y tan solo en las últimas semanas se jugó unos 70.000 dólares en Las Vegas, según informó la cadena NBC. «Mi hermano no es como tú o como yo, él juega al póker de altas apuestas. Me enviaba mensajes de texto diciendo que ganó 250.000 dólares en el casino», explicó a la prensa Eric Paddock.
Según recoge el diario The Washington Post, Eric Paddock mostró al FBI, tras la masacre supuestamente perpetrada por su hermano, tres años de intercambio de mensajes de texto con él para demostrar que desconocía por completo que Stephen tuviera deudas de juego o estuviera preocupado por cuestiones financieras. «No tengo absolutamente ninguna información sobre que perdiera mucho dieron en el casino. De ser así lo sabría», aseguró el hermano del tiroteador, a quien las autoridades encontraron muerto en la habitación de su hotel, por lo que consideran que se suicidó tras cometer la matanza.
Desde el 28 de septiembre se alojaba en una habitación del piso 32 del hotel Mandalay Bay, donde a las 22.08 del domingo hora local disparó contra los más de 22.000 asistentes al concierto de manera indiscriminada. Horas después de la masacre, el grupo terrorista autodenominado Estado Islámico se ha atribuido la autoría.
Y si algo suena extremadamente extraño a su familia, es la reivindicación del ataque por parte del grupo yihadista Estado Islámico, descartada por el FBI, ya que hasta donde ellos sabían, Stephen Paddock no profesaba ninguna religión con fervor. «No sabemos nada, si me dijeras que un asteroide se cayó, significaría lo mismo para mí. No tiene absolutamente ningún sentido, no hay razón por la que haya hecho esto», aseguró su hermano. «Era sólo un tipo que jugaba al póker y viajaba en cruceros y comía burritos en Taco Bell, no tenía una afiliación política que sepamos, ni una afiliación religiosa que nos conste», agregó.
Por el momento se desconoce qué fue lo que llevó a Paddock a acabar con la vida de decenas de personas, aunque sí se ha confirmado que no militaba en ningún grupo y que actuó solo. «No tenemos ni idea de cuáles eran sus creencias», dijo un portavoz policial.
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