(InfoCatólica) En su homilía, Mons. González Montes, recordó que la proclamación del Evangelio siempre ha encontrado oposición:
Cuando estamos tentados a evaluar con pesimismo el marco social y cultural de nuestro tiempo por su alejamiento del Evangelio y abandono de la Iglesia, no debemos olvidar que la proclamación de la verdad evangélica ha tropezado siempre, a lo largo de la historia de la Iglesia, con fuerte oposición, pero ha dejado de producir en todo tiempo, incluido el tiempo de crecimiento oculto de la semilla, los frutos de conversión a Dios y a Cristo que dan forma y figura histórica a la Iglesia.
Pero ello no debe ser excusa para no predicar la verdad:
«Como san Pablo dice a los tesalonicenses, el apóstol ha de predicar la verdad de la fe sin engaños, sin rebajar su contenido para ser aceptado por el mundo, por la mentalidad ambiente y la cultura dirigida por el poder político, confiando siempre en que es Dios que hace crecer. No es la adulación ni la codicia disimulados por las buenas maneras lo que da fruto, salvo en provecho propio, sino la rectitud de la intención de quienes proclaman el Evangelio «no buscando agradar a los hombres, sino a Dios que examina nuestros corazones» (1 Te 2,4)».
En ese entido, el obispo de Almería lanzó la siguiente advertencia:
«Quienes piensan que rebajando el contenido de la fe atraerán a la Iglesia a los alejados, sólo cosecharán el fracaso de la acomodación de la vida cristiana a las exigencias del mundo, sin posibilidad alguna de que los hombres se sientan transformados por la banalidad de la sal desvirtuada e incapaz de sazonar».
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