(Asia News) Para la población de Mindanao, hoy será un día histórico que otorgará una nueva esperanza de paz a la atormentada isla meridional: en Sultan Kudarat, provincia de Maguindanao, tendrá lugar la esperada ceremonia presidida por el presidente filipino Rodrigo Duterte. Con ella, se dará inicio al proceso de desarme de 12.000 combatientes del Moro Islamic Liberation Front (MILF). El grupo combatió una larga y sangrienta batalla por la autodeterminación. Desde la década del ‘70, el conflicto entre rebeldes y el gobierno ha provocado cerca de 150.000 muertos y 2 millones de desplazados.
Los milicianos que a partir de mañana regresarán a la vida civil representan cerca del 30% de los 40.000 hombres que conforman las filas del Bangsamoro Islamic Armed Forces (BIAF), el brazo armado del MILF. La disolución del grupo es el resultado de acuerdos de paz con Manila, que ha entregado a los ex rebeldes el mando de la nueva Región Autónoma de Bangsamoro, en el Mindanao musulmán (BARMM). El territorio vio la luz en enero pasado, tras la ratificación de la Bangsamoro organic law (BOL). Al Hajj Murad Ebrahim, líder del MILF, es el Jefe de Ministros interino de la BARMM y conduce el organismo que gobernará la región hasta la elección de un parlamento, en 2022.
La última etapa del «proceso de normalización del MILF» comenzó el 26 de agosto, con el desarme de 30 combatientes veteranos. Las operaciones fueron monitoreadas por el Independent Decommissioning Body (IDB) – encabezado por extranjeros – y la Oficina del Consejo Presidencial por la Paz, la Reconciliación y la Unidad (OPAPRU). Los milicianos depondrán las armas gradualmente. Mañana será el turno de los primeros 1.060 y para el 2020 se habrá llegado a 12.000 miembros desarmados. Las autoridades esperan desmantelar totalmente la milicia para el 2022.
El MILF preparó un listado de todos los combatientes que dejarán las armas y participarán de un programa de gobierno orientado a su reinserción en la sociedad. Una de las formas de ayuda previstas es que cada rebelde reciba 100.000 pesos (1.750 euros) en efectivo. Manila destinará a las familias de los milicianos entre 500.000 y 1 millón de pesos (8.740-17.500 euros) para gastos de alojamiento, becas de estudio y asistencia médica.
En Mindanao, no todos los grupos rebeldes musulmanes aprueban el proceso emprendido por el gobierno filipino con el MILF. En diálogo con AsiaNews, el Pbro. Pietro Geremia, un sacerdote de 80 años del Instituto Pontificio de Misiones en el Extranjero (PIME), comenta:
«Algunos ciudadanos temen que los milicianos puedan unirse a otras agrupaciones extremistas, que no tienen ninguna intención de abandonar la lucha armada. A fin de cuentas, muchos rebeldes han pasado toda su vida combatiendo, y en muchos casos no saben hacer otra cosa, fuera de la guerra. Es por eso que también existe el riesgo de que se dediquen al delito».
Sin embargo, más allá de la disolución de la milicia rebelde, la población musulmana de Mindanao centra sus expectativas en los proyectos de desarrollo del territorio, prometidos por Manila. «Hay una esperanza de que el proceso de paz finalmente pueda liberar a la comunidad islámica de la pobreza» -prosigue el misionero. «Las perspectivas de progreso e inversiones han favorecido la victoria del ‘Sí’, en el referéndum para el surgimiento de la región autónoma. La población está ansiosa, y luego de las proclamas, ahora espera ver hechos».
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