(EP/InfoCatólica) «Sólo tenemos una vida y en ella se juega la felicidad, el sentido para esta vida o la falta de él; no podemos permanecer indiferentes, como si lo que le sucede a la sociedad española nada tuviera que ver con nuestra fe, nuestro seguimiento de Jesucristo o con nuestra comunidad parroquial o diocesana», ha argumentado.
Componendas electoralistas
Para Rodríguez, «valen poco aquí componendas electoralistas o calificaciones políticas de este o aquel signo a la hora de tomar partido por la cultura de la vida o de la muerte». Además recuerda que no hace muchos días ha habido en distintas ciudades de España actos promovidos por la sociedad civil a favor de la vida humana.
«¿Han sido solo los católicos quienes han participado en esas manifestaciones?», se pregunta el arzobispo de Toledo, para responder: «No necesariamente, aunque hayan sido católicos la mayoría de ellos», y lamentar que siga propagándose «el sofisma de que los partidarios del aborto son progresistas y de izquierdas y quienes se oponen al aborto de derechas y católicos».
En este sentido, apunta que «la muerte de seres inocentes» nunca está justificada «lo diga quien lo diga». «El ser humano es un fin en sí mismo y nunca un medio para resolver otras dificultades. He aquí un ámbito de la sociedad actual donde no vale abstenerse, hay que apostar y públicamente decir lo que se piensa sobre el aborto», añade.
Posibles soluciones
«Las posibles soluciones no pueden ser siempre las mismas: interrupción voluntaria del embarazo. Es decir, sin eufemismos, muerte de un ser humano. ¿No hay otras? Sin duda, pero tenemos que mostrarlas y actuar. Dios nos ayude y nos haga superar nuestro miedo a decir la verdad, porque ella nos hace libres».
En su escrito, Mons. Rodríguez hace alusión también a las palabras del Papa Francisco en la que afirma: «entre los débiles, que la Iglesia quiere cuidar con predilección, están también los niños por nacer, que son los más indefensos e inocentes de todos, a quienes hoy se les quiere negar su dignidad humana quitándoles la vida y promoviendo legislaciones para que nadie pueda impedirlo. No es progresista pretender resolver los problemas eliminando una vida humana».
Unas palabras que, a su juicio, «algunos no las tienen claras y olvidan que un ser humano es siempre sagrado e inviolable, en cualquier situación y en cada etapa de su desarrollo». «¿O volvemos a escuchar la cantinela de hace algunos años cuando se decía que el feto es ser humano pero no persona humana?», se pregunta, para concluir afirmando que este hecho «sería trágico, a la luz del número de abortos cada año en España».
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