(ACN/InfoCatólica) En Pakistán la palabra blasfemia significa pena de muerte. Esta ley es un conjunto de normas que se aplican de manera arbitraria ante cualquier acusación de haber hablado de manera negativa del Islam, Alá, Mahoma y el Corán. En la vida cotidiana estas leyes se utilizan con frecuencia como medio para perseguir a las minorías religiosas.
Con el nombre de «Ley de la Blasfemia» se hace referencia a un entramado normativo que afrenta a la libertad de religión y discrimina a las personas. Incluyen artículos del Código Penal y de la Constitución de Pakistán, que tratan de cuestiones concretas acerca de lo que está prohibido decir o hacer de manera ofensiva sobre:
- El Corán y su interpretación.
- Las personas consideradas santas por el Islam, Alá, Mahoma y el Corán.
- También de la prohibición de actuar y rezar como musulmanes a la secta de los Ahmadíes.
- E incluye los artículos de la Constitución relacionados con la discriminación por razones de sexo, raza y religión.
- Encuentro interreligioso entre cristianos y musulmanes en Karachi, Pakistán.
Estas leyes, difíciles de entender y de aplicar incluso para los jueces, permiten que un musulmán acuse a cualquier persona sin tener que demostrar ni justificar lo que dice «porque habría que volver a blasfemar», simplemente apoyándose en que el denunciante «es un buen musulmán». Su principal finalidad es la de legitimar el poder y amenazar a las minorías, entre las cuales la más débil es la cristiana. Aunque como el mal hace bien su trabajo, las estadísticas indican que hay más del doble de víctimas musulmanas que cristianas.
Los casos se eternizan en la Corte Suprema, que tiene la última palabra, para que los encausados estén mucho tiempo en la cárcel, a la espera de una sentencia definitiva. Así, el acusado y su familia sufren el vacío social, pues se confunde deliberadamente «blasfemia» con «blasfemo», es decir, el supuesto hecho con la persona señalada.
Hasta ahora no se ha ejecutado a nadie por blasfemia en Pakistán, pero de las 8.000 personas en prisión condenadas a muerte, 1.000 de ellas lo han sido por blasfemia, según el Informe de Libertad Religiosa en el Mundo 2016.
El caso Asia Bibi
Atrapada judicialmente, esta mujer cristiana lleva 6 años encerrada en prisión. Madre de cinco hijos espera una salida a su conflicto mientras que su vida pende de un hilo. Fue acusada de blasfemia en 2009 una mañana de trabajo en el campo por unas compañeras musulmanas. Su caso abrió los ojos al mundo.
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