(Gaudium Press/InfoCatólica) La Comisión de Estados Unidos sobre Libertad Religiosa Internacional, creada en 1998, publicó su informe anual 2017, en el cual se actualizó la lista de «países de particular preocupación» por las limitaciones a lalibertad religiosa.
Se llamó también la atención sobre otros países en los cuales se presentan restricciones y se alertó sobre tres organizaciones: el llamado Estado Islámico de Irak y Siria (ISIS), los Talibanes de Afganistán y el grupo Al-Shabaab en Somalia.
Agravamiento de la situación
«En un plano general, la Comisión ha concluido que el estado de asuntos para la libertad religiosa internacional se está empeorando tanto en profundidad como en amplitud», explicó el Presidente de la Comisión, P. Thomas Reese.
El informe recuerda que la protección de la libertad religiosa «recae sobre cada uno de nosotros, requiriendo que personas de todos los países, perspectivas políticas y creencias se unan para luchar en contra de la persecución religiosa y trabajen para proteger la libertad religiosa para todos».
Países de especial preocupación
Los países catalogados como «de especial preocupación» en este año son: Birmania, República Centroafricana, China, Eritrea, Irán, Nigeria, Corea del Norte, Pakistán, Rusia, Arabia Saudita, Sudán, Siria, Tayikistán, Turkmenistán, Uzbekistán y Vietnam. Los países ubicados en un segundo nivel de atención son Afganistán, Azerbaiyán, Bahrain, Cuba, Egipto, India, Indonesia, Irak, Kazajstán, Laos, Malasia y Turquía.
El documento recuerda que la libertad religiosa no sólo protege el culto privado, sino que requiere el respeto de otras libertades relacionadas como las de asociación, expresión, opinión, asamblea, protección contra arrestos arbitrarios, contra interferencia en hogares y familia y protección equitativa delante de la ley.
En una parte llamativa del documento, el católico maronita y Vicepresidente de la Comisión, presenta su desacuerdo frente al trabajo de la Comisión tras servir en ella durante cuatro años. Para él, la labor debe trascender la elaboración de una lista negra de países que ha sido insuficiente para frenar los abusos y la persecución, y los recursos limitados de la Comisión deberían ser empleados en el diseño de propuestas concretas y creativas sobre algunos casos seleccionados que fueran sugeridas al Congreso de Estados Unidos.
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