Ayer, 20 de abril, el Tribunal Supremo de Rusia ha declarado como extremista la actividad de los testigos de Jehová y ha prohibido sus actividades en todo el país. El gobierno ruso cree que algunas de sus actitudes, como la de rechazar transfusiones, van en contra de una ley rusa que prohíbe el extremismo, según informa desde Kiev Xavier Colás en el diario español El Mundo.
“El Supremo declara como organización extremista el ‘Centro de Dirección de los Testigos de Jehová en Rusia’ y ha dispuesto que se prohíba su labor en el territorio del país”, dijo el juez Yuri Ivanenko. Representantes de la organización religiosa indicaron que acudirán a la Corte Europea de Derechos Humanos, la única instancia que les queda y que ya en alguna ocasión ha fallado a su favor.
Efectos: también la confiscación
El veto afectaría a 395 de sus ramificaciones y a un total de 175.000 fieles en Rusia. “Si esta denuncia prospera, implicará consecuencias catastróficas para la libertad religiosa en Rusia”, dijeron en un comunicado desde este colectivo. Si la sentencia se convierte en firme, los que profesen esta fe podrían ser procesados por extremismo.
Entretanto, el Ministerio de Justicia –que fue el que interpuso la demanda de prohibir a los testigos de Jehová en la Federación de Rusia– ya suspendió el trabajo del ‘Centro’ hasta que el Supremo dictase el fallo definitivo. Y el propio Supremo, al aceptar la denuncia presentada por el Ministerio de Justicia, ha dispuesto la nacionalización de los bienes de la organización religiosa después de solicitar el mes pasado cerrar las principales oficinas de este grupo religioso, ubicadas en San Petersburgo.
Los testigos de Jehová son una organización religiosa internacional que se sitúa fuera del cristianismo al basar sus creencias en un entendimiento propio de la Biblia. Su rechazo de las transfusiones es ahora considerado en Rusia un “desafío a los médicos”.Organización “extremista”
Ante este proceso contra ellos, los portavoces del colectivo habían defendido que no son una organización extremista: durante el juicio los abogados argumentaron que una eventual prohibición violaría la normativa internacional, incluyendo el Convenio Europeo de Derechos Humanos y el Pacto Internacional de Derechos Civiles.
Pero algunos expertos rusos consideran que la organización es en realidad una secta. Los medios del país recordaban estos días que el colectivo religioso ha tenido en varias ocasiones problemas con la ley: incumplimiento de decisiones judiciales, penas por posesión de materiales extremistas y otras denuncias por vulnerar una ley contra el extremismo que Moscú puso en marcha cuando la segunda guerra chechena y el 11-S habían colocado a Rusia ante el espejo del peligro del radicalismo.
De hecho recientemente Rusia ya había prohibido publicaciones de la organización argumentando que destruye familias e incita al odio. Un portavoz ruso de la organización, Yaroslav Sivoulski, declaró a France Press sentirse “impactado” por la decisión de los jueces. “Nunca pensé que tal cosa sería posible en la Rusia moderna, donde la Constitución garantiza la libertad religiosa”, se quejó.
Preocupación por las sectas
“La organización religiosa testigos de Jehová muestra indicios de extremismo. Representa una amenaza para nuestros ciudadanos, el orden público y la seguridad de la sociedad”, dijo Svetlana Borísova, representante del ministerio de Justicia, durante la vista del Supremo, tal como informa Efe.
La funcionaria recordó que dicha organización ha propagado literatura incluida en la lista de publicaciones extremistas y recordó que la prohibición de las transfusiones de sangre que profesan sus seguidores amenaza la vida de las personas.
En su momento, el portavoz de los testigos de Jehová en Rusia, Iván Belenko, denunció a Efe que la decisión de las autoridades rusas privará de su derecho a la libertad de culto a los 175.000 seguidores que tiene esa comunidad en el país.
El presidente de la Asociación rusa para el Estudio de Religiones y Sectas, Alexandr Dvorkin, considera que los testigos de Jehová son una secta que crea en torno a sus seguidores su propio mundo, un entorno aislado del resto de la sociedad. Dvorkin también ha criticado y ha tachado de sectas a los mormones y a la Iglesia de la Cienciología, prohibida por la Justicia rusa en noviembre de 2015.
La campaña contra las sectas coincide con un alza sin precedentes de la religiosidad entre los rusos, aunque menos del 10 % de los ciudadanos acuden regularmente a la iglesia, según estudios del prestigioso Centro Levada.
Un hecho novedoso en Rusia
La decisión sienta un precedente, ya que los expertos en libertad religiosa en Rusia consideran que este acto legal transforma a esa comunidad en una red criminal, lo que hace que sus fieles sean vulnerables de ser arrestados por el simple hecho de hablar de sus creencias con otras personas, tal como leemos en Univisión.
Además, marca uno de los primeros casos en que la Rusia postsoviética se enfrenta abiertamente en el plano judicial a una organización religiosa, pese a que la política atea del Estado ya no existe.
Los testigos de Jehová se registraron por primera vez como organización en Rusia en 1991, y han sido blanco del Gobierno desde entonces. En 2006 el Gobierno cambió la definición legal de extremismo al eliminar el uso de la violencia y el odio como requisito y agregando como criterio incitar a la “discordia religiosa”. Esto pone a grupos religiosos que no cuentan con las simpatías del gobierno al mismo nivel que organizaciones extremistas como Estado Islámico y los neonazis.
Según explica Associated Press, la organización internacional defensora de los derechos humanos Human Rights Watch censuró la decisión de la Corte Suprema y la describió como un obstáculo para la libertad religiosa en Rusia.
“El fallo de la Corte Suprema de prohibir las actividades de los testigos de Jehová en Rusia es un golpe terrible para la libertad de religión y asociación en Rusia”, señaló Rachel Denber, directora adjunta de Human Rights Watch para Europa y Asia Central. También se dijo preocupada de que con la entrada en vigor del fallo, los testigos de Jehová podrían enfrentar persecución y sanciones penales, desde multas hasta encarcelamientos.
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