(Ana Fuentes/Actuall) Muchos de los que piden la eutanasia lo hacen al sentirse una carga económica para la familia o por estar cansados.
El código deontológico de la Organización Colegial Médica (OMC) defiende la vida hasta la muerte natural, es por este motivo por el que desde la OMC han rechazado la eutanasia. Sobre todo ahora que están aprobadas para pasar a trámite en el Congreso de los Diputados las propuestas para despenalizar la eutanasia.
Son varios los artículos que defienden la ética de los profesionales a la hora de respetar la vida de los pacientes:
En su Art. 5 apartado 1 dice que «la profesión médica está al servicio del ser humano y de la sociedad. Respetar la vida humana, la dignidad de la persona y el cuidado de la salud del individuo y de la comunidad son los deberes profesionales del médico».
En su Art. 36 apartado 1 explicita que «el médico tiene el deber de intentar la curación o mejoría del paciente siempre que sea posible. Cuando ya no lo sea, permanece la obligación de aplicar las medidas adecuadas para conseguir su bienestar, aun cuando de ello pudiera derivarse un acortamiento de la vida».
En el apartado 3 de este mismo artículo: «El médico nunca provocará intencionadamente la muerte de ningún paciente, ni siquiera en caso de petición expresa de éste». Y en el 5: «La sedación en la agonía es científica y éticamente correcta sólo cuando existen síntomas refractarios a los recursos terapéuticos disponibles y se dispone del consentimiento del paciente implícito, explícito o delegado».
Miembros del grupo de trabajo de Atención Médica al Final de la Vida y de la propia Comisión de Deontología de la OMC han detallado que: «se hace demasiado para retrasar la muerte y demasiado poco, y tarde, para aliviar el sufrimiento».
«Sesenta mil personas se mueren al año en España con dolor; legalizar una forma de acabar con ellos es una indecencia». Además, «la sedación paliativa es un tratamiento médico. Es lo último que podemos hacer por el paciente y no se puede confundir con la eutanasia».
En este sentido insisten en que «en lugar de ocuparse de esas 60.000 personas que mueren con sufrimiento, se preocupan de las excepciones». «La eutanasia no es un problema médico y va en contra de ser médico».
«El resultado de las encuestas depende de cómo se hagan las preguntas. Con unos buenos cuidados paliativos no se pide la eutanasia. Regular la eutanasia supone un chantaje moral a los más débiles, a aquellas personas que se sienten un peso para la familia y para la sociedad».
«Es una irresponsabilidad legislar la eutanasia porque hay una insuficiencia de atención a pacientes al final de sus días y también una falta de formación del médico en cuidados paliativos. La sociedad y la medicina pueden ofrecer algo más que anticipar la muerte».
La alternativa que ofrece la OMC es la puesta en marcha de unos cuidados paliativos de calidad y la elaboración de una Ley Orgánica en materia de derechos y garantías en el proceso de morir.
Por su parte, Juan Antonio Salcedo Mata, miembro de la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública ha recalcado en Nueva Tribuna que están «de acuerdo en la necesidad de unos cuidados paliativos de calidad, con cobertura adecuada y con personal bien formado, características de las que adolece el sistema».
Pero, según Salcedo «los cuidados paliativos no solucionan la totalidad de los problemas. No son excepcionales las peticiones o demandas de eutanasia y/o suicidio asistido». A pesar de aplicar unos buenos cuidados paliativos y existir control de síntomas, «las personas no toleran la dependencia ni el malestar que originan a sus cuidadores y familiares, tampoco la perdida de calidad de vida según su concepto. Esto es causa de sufrimiento para los pacientes y refractario al tratamiento. Cómo tal síntoma refractario, ¿admitirían una sedación paliativa? ¿O es eutanasia?».
Desde la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública aseguran que «la eutanasia aplicada bajo las indicaciones adecuadas, debe ser un acto médico y éticamente aceptable al respetar el principio de autonomía».
«La medicina no puede evitar la muerte, si puede y debe evitar el sufrimiento innecesario que ocasiona la prolongación de la vida bajo circunstancias insalvables. Está admitida la objeción de conciencia», sentencia.
Además insiste en que «la OMC parece ignorar el clamor popular, de las y los profesionales y de Instituciones de Bioética en torno a la legalización de este procedimiento». Y avisa: «Tendrá que reconocer que un Código Deontológico es de rango inferior a una Ley que despenalice la eutanasia».
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