(Efe) La ministra de Justicia, Nicole Belloubet, aseguró ayer en la emisora Fran Inter que «no se trata de reescribirla. Lo urgente, en mi opinión, es que podamos trabajar juntos en un islam de Francia que aclare cuestiones ligadas a esa religión, sobre la formación de los imanes, etcétera».
El diario «L'Opinion» reveló hoy que el Ejecutivo busca adaptar esta ley de comienzos del siglo pasado «al avance del integrismo islamista».
El proyecto gubernamental no se plantea tocar los dos grandes principios de esa normativa, que garantizan la libertad de conciencia y el libre ejercicio de la práctica religiosa y establecen que la República no reconoce ningún culto, no los subvenciona ni paga salarios a los religiosos.
Según «L'Opinion», el Gobierno francés quiere entre otros puntos limitar la influencia extranjera sobre las mezquitas, con la obligación de declarar las donaciones que procedan de otros países y que superen los 10.000 euros.
Asimismo, busca mejorar la transparencia de las estructuras musulmanas y darles acceso a subvenciones públicas para la reparación y renovación energética de los edificios religiosos en caso de que su contabilidad sea considerada «transparente».
El diario avanzó también que se estudia mejorar la lucha contra predicadores radicales, con sanciones más duras en caso de incitación a saltarse la ley.
El ministro francés del Interior, Christophe Castaner, destacó ayer que a partir de la semana que viene se iniciará una ronda de consultas con los representantes de las grandes religiones en Francia.
Castaner advirtió de que el documento sobre el que ha comenzado a trabajar el Ejecutivo no es más que un texto de partida, que según «L'Opinion» ha sido concebido para preparar el nuevo proyecto de ley, que podría llegar al Parlamento a principios del año que viene.
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