(Agencias/InfoCatólica) En el hospital Masvernat de Concordia, Entre Ríos, una menor acudió por un aborto en el quinto mes de embarazo. Los médicos se resistieron a hacerlo porque entendían que no fue por un abuso. Pero una jueza de familia nueva y sin carrera judicial, Belén Esteves, ordenó hacer el aborto por el protocolo de ILE provincial.
El bebé nació con vida. Su cuerpecito quedó apoyado sobre la «chata» sin que nadie se atreviera a poner fin a su existencia, suponiendo que su presunta «inviabilidad» haría que en forma inmediata los latidos de su corazón se detuvieran. Pero eso no sucedió:
Permaneció con vida «cerca de diez horas», precisaron los profesionales de salud. Médicos, enfermeras y testigos indignados, califican la actitud inhumana como «abandono de persona». El estupor alcanzó al servicio de Neonatología, al que no le dieron intervención para asistir con cuidados más dignos al niño ya nacido.
7 médicos presentaron su objeción de conciencia porque el caso puso en evidencia lo aterrador del protocolo de aborto no punible.
«En Concordia ya nos declaramos «Ciudad Provida». Estamos indignados por esta tragedia y no vamos a permitir que nos impongan estas prácticas inhumanas en nuestra ciudad». y exigen: «Pedimos al gobernador Bordet que elimine el protocolo de aborto no punible».
Para finalizar los médicos expresan: «No queremos que se causen más muertes niños. No más trato inhumano para los niños víctimas del aborto. Derecho a la vida para todos, sin excluir a nadie».
En el comunicado, que forma parte de una campaña en redes sociales, incluyen los perfiles del gobernador Gustavo Bordet (https://twitter.com/bordet ) para que quienes quieran sumarse al pedido le envíen un mensaje directo.
El Obispo de Concordia: «Ningún protocolo puede alterar la Constitución que protege la vida»
El obispo de Concordia, monseñor Luis Armando Collazuol, expresó su «profundo dolor» por el caso de aborto practicado en un hospital público de esta ciudad enterriana a una adolescente en el quinto mes de su embarazo, por orden judicial, y cuyo bebé nació con vida y lo dejaron agonizar por diez horas.
«Ningún derecho individual puede justificar la eliminación de la vida humana del que no se puede defender. Cuando una mujer está embarazada, no hablamos de una vida sino de dos, la de la madre y la de su hijo o hija en gestación. Ambas deben ser preservadas y respetadas. El derecho a la vida es el derecho humano fundamental», subrayó en un comunicado.
«Ningún ‘protocolo’ de actuación puede alterar el contenido de la Constitución Nacional en cuanto protege a la persona humana desde la concepción, ni su correspondiente derecho a la vida garantizado palmariamente por la Constitución Nacional y por los tratados internacionales incorporados a nuestra Carta Magna, con jerarquía constitucional», aseveró.
Monseñor Collazuol reclamó a las autoridades provinciales dictar una resolución que deje sin efecto el «Protocolo para la atención integral de las personas con derecho a la interrupción legal de embarazo», e hizo suyas palabras del papa Francisco en cuanto a la protección del niño por nacer.
«La defensa del inocente que no ha nacido… debe ser clara, firme y apasionada, porque allí está en juego la dignidad de la vida humana, siempre sagrada, y lo exige el amor a cada persona más allá de su desarrollo», concluyó citando la exhortación apostólica Gaudete et exsultate.
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