(CNA/InfoCatólica) Las medidas de represión forman parte de la campaña de la dictadurapara sinizar la religión, uniéndola con la cultura comunista china.
El informe de Bitter Winter llega justo cinco días después de que Chris Smith (R-NJ), copresidente de la Comisión de Derechos Humanos de Tom Lantos de la Cámara de Representantes de EE.UU, dijera ante dicha cámara que el estado de la libertad religiosa en China «nunca ha sido peor de lo que es ahora».
La dictadura pretende que cualquier tipo de actividad religiosa se circunscriba a los templos aprobados oficialmente, de manera que, por ejemplo, tras celebrarse un funeral no se puede llevar cristianamente el féretro hasta el cementerio para administrarle las últimas exequias.
En ocasiones se han producido arrestos de participantes en los ritos. En una boda, la policía religiosa intervino cuando en la celebración posterior al sacramento una banda de música interpretó canciones cristianas. En otra boda, los agentes impidieron entrar al templo a menores de 18 años aunque fueran familiares de los contrayentes.
El acoso no es solo contra cristianos sino contra musulmanes, taoístas, etc.
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