(Zenit/InfoCatólica) La cumbre ha sido organizada por el Pontificio Consejo Cor Unum y por la Pontificia Comisión para América Latina y lleva por título «La comunión de la Iglesia: memoria y esperanza para Haití a cinco años del terremoto».
E Santo Padre Francisco ha hablado esta mañana del trabajo realizado en Haití y del que aún queda por realizar, ambos apoyados en tres pilares fundamentales: la persona humana, la comunión eclesial y la Iglesia local. De este modo, el Pontífice ha recordado que «la persona está al centro de la acción de la Iglesia». Además, «nuestra primera preocupación debe ser la de ayudar al hombre, a cada hombre, a vivir plenamente como persona», ha afirmado. A propósito ha añadido que «no hay verdadera reconstrucción de un país sin reconstrucción de la persona en su plenitud».
Que cada persona tenga lo necesario
El Papa ha pedido que «cada persona en Haití tenga lo necesario desde el punto de vista material, pero que al mismo tiempo pueda vivir la propia libertad, las propias responsabilidades y la propia vida espiritual y religiosa». Además, ha recordado que la actividad humanitaria y la pastoral no son competencia si no complementarias, «necesitan la una de la otra: contribuyen juntas a formar en Haití personas maduras y cristianos, que a su vez podrán dedicarse al bien de sus hermanos».
El segundo aspecto del que el Santo Padre ha hablado es la comunión eclesial. Cada uno en Haití –instituciones eclesiales y fieles de forma particular– con su peculiaridad, «ha prestado una importante obra benéfica», ha precisado. Y esta pluralidad es «un factor positivo, porque es signo de la vitalidad de la Iglesia y de la generosidad de muchos. Al respecto, Francisco ha afirmado que «la caridad es aún más verdadera y más incisiva si es vivida en la comunión». Asimismo, «la comunión testimonia que la caridad no es solo ayudar al otro, sino una dimensión que impregna toda la vida y rompe todas esas barreras del individualismo que nos impiden encontrarnos». De este modo, el Pontífice ha invitado a reforzar las metodologías que consientan trabajar juntos.
Para finalizar su discurso, el Santo Padre ha subrayado la importancia de la Iglesia local, «porque es en ella que la experiencia cristiana se hace tangible». Por eso, ha recordado, «es necesario que la Iglesia en Haití se haga cada vez más viva y fecunda, para testimoniar a Cristo y para dar su contribución al progreso de ese país». Y así, Francisco ha indicado que el testimonio de la caridad evangélica es eficaz cuando está sostenida por la relación personal con Jesús en la oración, en la escucha de la Palabra de Dios y en acercarse a los sacramentos». Aquí esta la ‘fuerza’ de la Iglesia local, ha asegurado el Papa.
En la conclusión de su discurso, el Obispo de Roma ha renovado su agradecimiento a los presentes y les ha animado a continuar en este camino.
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