Un narcotraficante colombiano contrata actos de brujería contra una juez de Estados Unidos




Por razones de seguridad, un fiscal federal alertó a una juez de los Estados Unidos de que ella, otros dos fiscales de Nueva York y dos agentes de la DEA (Administración para el Control de Drogas), habrían sido objeto de un acto de brujería ordenado por un presunto narcotraficante colombiano, según informa Univisión.


En una carta enviada a la magistrada Roanne L. Mann, del distrito Este de Nueva York, y conocida en exclusiva por Univision, el fiscal asistente Justin D. Lerer afirmó que la Policía Nacional de Colombia interceptó conversaciones en las que el supuesto narcotraficante, Jair Estupiñán Montaño, alias “Pecueca”, pide “pasar por los brujos” los nombres de ella y de los funcionarios federales.


La magistrada había firmado la solicitud de extradición de Estupiñán al gobierno de Panamá en noviembre de 2013. Lerer explicó que es común entre los narcotraficantes utilizar brujos para la predicción de sus negocios o el de sus procesos judiciales, pero desestimó la posibilidad de que en este caso se pusiera en riesgo la vida de los invocados.


“No es claro a partir de las comunicaciones si pasar el nombre de su señoría por parte del acusado tenía intenciones de amenaza o era para otro propósito”, escribió Lerer. “Tanto la DEA como el Gobierno no consideran que estas actividades sean una amenaza creíble en contra de su señoría, si es que tuvieron la intención de una amenaza”, agregó.


Los nombres de los fiscales asistentes y de los agentes de la DEA que también habrían sido incluidos en el maleficio, no fueron revelados. Fechada en julio de 2014, la carta se mantuvo bajo reserva del sumario, pero fue publicada recientemente en los registros federales después de que se reveló la acusación contra Estupiñán por cargos de narcotráfico y lavado de dinero.

La DEA identificó al acusado como “el Julio Verne” del narcotráfico, por cuanto se convirtió en uno de los principales operarios de botes y sumergibles del jefe de la banda paramilitar colombiana de Los Rastrojos, Javier Antonio Calle Serna, alias Comba. Las embarcaciones, que llevaban cargamentos de cocaína desde Colombia a Panamá y de allí era transportada a México por tierra, regresaban con el dinero en efectivo producto de la venta de la droga.


Sugerencia de un compañero de prisión


Estupiñán, de 31 años, se entregó a las autoridades de Estados Unidos después de caer preso en Panamá en octubre de 2013. A través de fuentes familiarizadas con el caso, Univision logró establecer que la idea del conjuro contra la magistrada y los funcionarios federales surgió después de que Estupiñán aceptó la sugerencia de un compañero de celda en Panamá de contratar a un santero que lograría detener el proceso criminal en su contra en Estados Unidos aplicando algunos ritos de ese culto.


Estupiñán obtuvo los nombres de la magistrada y de los funcionarios y se los pasó al santero recomendado. Según la fuente, que pidió no ser identificada, en un principio las autoridades de Colombia y Panamá interpretaron la conversación considerada como una amenaza, pero los agentes de Estados Unidos comprobaron que se trataba de un “trabajo” espiritista. El proceso judicial ha avanzado normalmente. El colombiano está en trámite de negociación con la fiscalía de Nueva York, según lo reflejan documentos del expediente.


La santería es una religión de origen africano que se mezcló con la iconografía católica al arribo de esclavos negros de ese continente a algunas islas del Caribe y Brasil. Quienes la practican creen que los santos o deidades del culto ayudan al bienestar espiritual y material. Algunos de sus sacerdotes se especializan en la práctica de maleficios contra los enemigos de sus clientes.


Según la carta de Lerer, la fiscalía también informó de la confabulación espiritista al Servicio de Alguaciles de Estados Unidos, autoridad encargada de la seguridad de las instalaciones de los tribunales en este país.


Pecueca –esta palabra se utiliza en Colombia para aludir al mal olor en los pies y por extensión a personas de malas costumbres– es señalado como responsable de un cargamento de 4.5 toneladas de cocaína a bordo de un “sofisticado sumergible”, según la DEA. Las impresionantes fotografías del aparato fueron aportadas al expediente. El cargamento fue confiscado en enero de 2011.


En su carta el fiscal asistente pidió a la magistrada que mantuviera bajo reserva la información por cuanto la capacidad de la policía colombiana de interceptar comunicaciones como en este caso “es considerada una técnica delicada de las fuerzas del orden”.



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