(AIN) En rueda de prensa, el director de la fundación Javier Menéndez Ros ha asegurado que «aunque muchos focos informativos están en Oriente Medio, sobre todo en las guerras de Siria e Irak, queremos ser voz profética y hablar de la situación de los cristianos de los que nadie habla».
En Pakistán, los cristianos son una minoría, cuatro millones en un país de 191 millones de habitantes. Representa sólo el 2% de la población. Los seguidores de la fe de Jesús son los últimos en la escala social, son pobres y el 95% analfabetos. Los cristianos trabajan en el campo en régimen de semiesclavitud o en la fabricación de ladrillos. Trabajos duros y que nadie quiere realizar.
De hecho, normalmente una familia trabaja de sol a sol en la fabricación de ladrillos para llegar a elaborar 1.000 ladrillos al día y cobrar 8 euros al día. Los cristianos no tienen capacidad económica para escolarizar a sus hijos.
«Son pocos, discriminados y perseguidos. Viven en el país de los musulmanes ‘puros’» ha asegurado Javier Menéndez. Según el Informe de Libertad Religiosa en el Mundo 2016, Pakistán es uno de los 23 países donde la libertad religiosa está más comprometida de todo el mundo y la situación va a peor.
Por su parte, Gloria Safdar, paquistaní de Lahore, ha asegurado que «los cristianos en Pakistán somos ciudadanos de segunda categoría». Su hermano fue acusado por la Ley de la Blasfemia y sufrió gravísimas amenazas de muerte. De hecho su familia tuvo que mudarse de domicilio en varias ocasiones y al final por la presión tuvieron que abandonar el país.
Ley de la Blasfemia
La Ley de la Blasfemia es un conjunto de normas que «en el fondo supone otra persecución de baja intensidad, porque ser acusado por esta ley significa pena de muerte». En Pakistán hay en estos momentos más de 1.000 condenados a muerte por esta ley, según el Informe de Libertad Religiosa en el Mundo. «Más de 1.000 ‘Asias bibis’ encerradas y en la misma situación», ha afirmado Menéndez Ros.
La familia de Gloria es cristiana desde hace cuatro generaciones y ha sufrido la discriminación. «Yo he sido la única cristiana estudiando en mi instituto y en la Universidad. He tenido que estar censurándome continuamente. Los cristianos estamos acosados pero no tenemos miedo para ir las iglesias. Las misas están llenas los domingos.
Proyectos de ayuda
Javier Menéndez Ros ha explicado que esta Campaña de Navidad irá destinada a la financiación de la construcción de templos e iglesias, así como la protección de los mismos, el sostenimiento de sacerdotes, seminaristas y catequistas y el apoyo a todas las iniciativas de la Iglesia católica a favor de la formación y educación. Ayuda a la Iglesia Necesitada apoya cada año más de 60 proyectos en Pakistán con un valor de 600.000 €.
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