(AsiaNews/InfoCatólica) En Pakistán, un estudiante asesinó al director de su escuela, y se justificó afirmando que el docente se había manchado de blasfemia. El 22 de enero, Sareer Ahmed, director de la New Islamia Public High School and College de Shabqadar, situada en la provincia de Khyber Pakhtunkhwa, fue asesinado por Faheem Ashraf, un alumno del 12da clase.
Los medios reportan que el joven se había enfurecido contra la administración, que le había colocado «ausente» en el registro de asistencia a clases, durante los días de las manifestaciones contra el gobierno, realizadas en Islamabad. En noviembre pasado, la protesta mantuvo en jaque a la capital durante semanas. Los manifestantes, convocados por el Tehreek-i-Labaik Ya Rasool Allah y guiados por el imán Khadim Hussain Rizvi, exigían la renuncia del ministro de Justicia. El político fue hallado «culpable» de hacer aprobar una ley que no preveía el juramento de fidelidad al profeta Mahoma por parte de los parlamentarios, al momento de asumir el cargo. Durante las protestas, los extremistas del Tehreek-i-Labaik también defendieron la ley sobre blasfemia y apoyaron la pena capital para quien se manche por despreciar el islam.
Al dialogar con AsiaNews, los académicos católicos de Pakistán condenaron el homicidio. Sabir Michael, profesor de desarrollo social en la Karachi University, afirma: «Es absurdo. La acusación de blasfemia es usada incluso para matar a un miembro de la familia o a un líder religioso. Hace 40 años que los departamentos estatales infectan nuestra sociedad con el conflicto religioso [se refiere a la islamización de la política por parte del presidente– general Zia ul-Haq] para hallar el agrado de ciertos grupos y lograr objetivos en el corto plazo. Asistimos a estas formas negativas [de derivación islámica]. Hay una gran angustia».
En un video que apareció en las redes sociales, el joven homicida declaró: «Me han enseñado a no tener miedo de nada por cuestiones que conciernan a Alá. Admito el homicidio y [declaro] ser el responsable». Estas afirmaciones suyas han desencadenado las protestas de otros estudiantes de Shabqadar, que bloquearon las calles de la ciudad reclamando un castigo severo para el asesino. Según el Prof. Michael, «las personas han entendido los efectos negativos de las controvertidas leyes sobre blasfemia».
Anjum James Paul, presidente de la Pakistan Minorities Teachers’ Association, recuerda que «en 2015, el gobierno lanzó un Plan de Acción de alcance nacional para combatir a los militantes, pero lamentablemente se concentró exclusivamente en la lucha contra el terrorismo». Desde el año 2005, la asociación vela por los libros de texto, examinando el material, en busca de «discursos de odio» presentes en los programas académicos. Según el laico dominicano, «el imán Khadim Hussain Rizvi ofende en público a políticos, pero no se ha hecho nada contra él. Personas de este tipo gozan de la bendición del estado. La gente trata de encontrar refugio en la religión, para huir de las penurias económicas, pero lamentablemente, de este modo, es radicalizada».
El 22 de enero, la organización presentó la denuncia contra el material discriminatorio hallado en libros académicos ante la Alta Corte de Sindh. Paul, que también es asistente en la cátedra de Ciencias Políticas en el Government Post Graduate College de Faisalabad (Punjab), agrega: «Tanto los institutos académicos formales como las madrasas (escuelas islámicas) enseñan el racismo y el odio. Condenar estos incidentes no va a resolver nada. Debemos actuar sobre esta mentalidad, y transformar nuestras comunidades. Debemos estar atentos a la asistencia a clases, mantener la disciplina en los campus y, sobre todo, estar atentos en las lecciones. Sareer Ahmed es un mártir».
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