(AsiaNews) En relación a la firma del acuerdo provisional firmado hoy entre China y la Santa Sede, referido al nombramiento de obispos, el obispo emérito de Hong Kong, Card. Joseph Zen, hizo llegar a AsiaNews la siguiente declaración:
El tan aguardado comunicado de la Santa Sede es una obra maestra de creatividad en lo que respecta a decir nada con muchas palabras.
Dice que el acuerdo es provisional, sin decir cuál por cuánto tiempo será válido el mismo; dice que éste prevé evaluaciones periódicas, sin decir cuándo vencerá el primer plazo para ello.
Por otra parte, de cualquier acuerdo se puede decir que es provisional, en tanto una de las partes siempre puede alegar una razón para solicitar una modificación o incluso una anulación del acuerdo.
Pero lo importante es que si nadie pide modificar o anular el acuerdo, éste, aun siendo provisional, es un acuerdo en vigor. La palabra «provisional» no dice nada.
«El acuerdo trata del nombramiento de Obispos». La Santa Sede ha dicho tantas veces esto, y desde hace tanto tiempo. Entonces, ¿cuál es el resultado de tantos esfuerzos? ¿Cuál es la respuesta a nuestra larga espera? ¡No se dice nada! ¿Es secreto?!
Todo el comunicado se reduce a estas palabras: «Se ha firmado un acuerdo entre la Santa Sede y la República Popular de China en relación al nombramiento de Obispos». Todo los demás son palabras sin sentido.
Entonces ¿cuál es el mensaje que la Santa Sede pretende mandar a los fieles de China, con este comunicado? «Tengan confianza en nosotros, acepten lo que hemos decidido» (?).
Además, ¿qué irá a decir el gobierno a los católicos, en China? «Obedézcannos, la Santa Sede ya está de acuerdo con nosotros» (?).
¿Aceptar y obedecer sin saber qué se debe aceptar, y en qué se ha de obedecer? ¿Una obediencia «tamquam cadaver», para usar el idioma de San Ignacio?
Estamos particularmente preocupados por saber: «el nombramiento de Obispos», ¿incluye asimismo la legitimación de siete? ¿Incluye también el re-nombramiento de los Obispos de la Comunidad «clandestina», presentados esta vez por el Gobierno? Y a aquellos que no acepten tal re-nombramiento, ¿no les queda más que estar agradecidos al gobierno por reconocerlos finalmente como Obispos Eméritos?
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