Hace dos años, el Papa Francisco señaló que «hoy a los niños – ¡a los niños! –, en la escuela se les enseña esto: que el sexo cada uno lo puede elegir. ¿Y por qué enseñan esto? Porque los libros son de las personas e instituciones que te dan el dinero. Son las colonizaciones ideológicas, sostenidas también por países muy influyentes. Esto es terrible».
Esta advertencia del Papa Francisco tiene que abrirnos los ojos respecto al ataque frontal a la verdad de la persona humana y a Dios, su Creador. Es una realidad que ha llegado a Chile y se difunde rápidamente principalmente a través de la educación en nuestros colegios, los medios de comunicación y las redes sociales. La base de esta ideología anti humana es la negación de Dios como origen, fundamento, explicación y fin de todas las cosas. Se niega que las cosas sean lo que son. Nada es verdadero, bueno y hermoso. Todo depende de cada uno: la voluntad de cada uno – como si fuera dios – decide lo que las cosas son.
El absurdo de esta ideología es afirmar que todos nacemos «sexualmente neutros». Ser hombre o mujer no es fruto del acto creador de Dios, sino que es una imposición cultural de la sociedad, principalmente de la familia y, más en concreto, de los padres. Por lo tanto, a los padres hay que arrebatarle su misión de educar a sus propios hijos y traspasar esta función al Estado. A través de las leyes y reformas educacionales, también en curso en Chile, se llega al absurdo de que el Estado pretende atribuirse falsos «derechos» para promover la «libertad» de los niños y jóvenes «defendiéndolos» de su propia familia y de sus padres, sospechosos de ser unos tiranos para sus hijos.
Los padres y los responsables de los colegios debemos saber que desde las Naciones Unidas se quiere imponer legalmente la negación de la verdad de la persona humana, del matrimonio y de la familia. Los alumnos de todas las edades están siendo adoctrinados en las falsedades de la ideología de género a través de contenidos transversales presentes en las asignaturas de biología, historia, lenguaje, filosofía, psicología, arte… La pretensión de estas políticas educacionales anti humanas es «neutralizar» a los alumnos en su orientación sexual, es decir, «lesbianizar» a las niñas y «homosexualizar» a los niños.
La ideología de género está avanzando y hay que hacerle frente. No hay que ser ingenuos: esto está pasando ahora y aquí en nuestros colegios. No podemos permitir que los niños y los jóvenes vean destruidas sus vidas por una ideología a todas vistas contraria al más elemental sentido común y a la Palabra de Dios.
+ Francisco Javier
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