(Aica) El cardenal Reinhard Marx, presidente del episcopado alemán y monseñor Stephan Ackermann, obispo de Trier y Comisionado de la Sección de preguntas sobre abusos sexuales en la Iglesia y protección de menores, indicaron durante la presentación que las 27 diócesis del país han sido investigadas.
«El abuso sexual es también, sobre todo abuso de poder», concluye el estudio que duró casi 4 años y arroja datos escalofriantes como 3.677 menores abusados durante 68 años por 1.670 sacerdotes, diáconos y miembros de órdenes religiosas. El 62,8% de las víctimas son hombres y tres cuartas partes de las víctimas tenían una relación religiosa o pastoral con el acusado. Además, uno de cada seis abusos fueron violaciones.
Alarmante resulta también que el estudio registra muy pocas sanciones de naturaleza eclesial contra el acusado, alrededor del 60% de los sacerdotes abusadores no tuvieron castigo, simplemente fueron trasladados a otras parroquias una vez que fueron descubiertos y sus nuevas comunidades nunca fueron informadas de los crímenes previos del sacerdote.
Y probablemente la cantidad total de casos de abuso sea mucho mayor, puesto que los investigadores no tuvieron acceso a otras instituciones católicas, como escuelas u hogares infantiles.
Los culpables deben ser castigados
«Claramente, el abuso sexual es un crimen. Los que son culpables deben ser castigados. Durante demasiado tiempo, en la Iglesia Católica hemos desviado la mirada, hemos ocultado, negado, no queríamos que fuera verdad. Por todo el fracaso y por todo el dolor, debo pedir disculpas como Presidente de la Conferencia Episcopal Alemana, y de forma personal», dijo el cardenal Marx en rueda de prensa este martes.
En su declaración ante la prensa, el también arzobispo de Munich y Freising dijo sentirse avergonzado al ver el resultado del informe y por aquellos «ministros que se supone que debían construir confianza y no abusar de ella».
«Me siento avergonzado cuando miro hacia afuera, viendo a muchos que no quisieron creer lo que sucedió, que trivializaron y no quisieron mirar, y no quisieron escuchar. Me incluyo», aseguró.
Además, afirmó que todavía la respuesta es insuficiente, porque «las víctimas de violencia sexual deben experimentar que se haga justicia».
«Creemos que es urgentemente necesario acercarse y escuchar a los afectados para comprender. Solo entonces podemos sacar conclusiones. No queremos pasar por alto a las víctimas en la lucha contra el abuso sexual en la Iglesia. Solo funciona con ellas», añadió.
Finalmente, el cardenal Marx aseguró que los resultados demuestran que es necesario exigir una «acción comprometida y convincente» en el entorno de la Iglesia para enfrentar la violencia sexual.
«Tenemos una responsabilidad como Iglesia, tenemos que asumir la responsabilidad. No podemos escapar».
«El abuso sexual por parte de los clérigos católicos es un problema constante. No es un fenómeno histórico que haya concluido y haya sucedido en el pasado. Por lo tanto, necesitamos urgentemente más investigación, procesamiento y prevención», concluyó.
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