La espiritualidad litúrgica, que dimana de la Escritura y de la Tradición, interpretadas por el Magisterio apostólico, se caracteriza por la segura ortodoxia de sus rasgos. Pío XI afirmaba que la liturgia «es el órgano más importante del Magisterio ordinario de la Iglesia» (al abad Capelle 12-XII-1935). Ella es, según Pablo VI, «la primera escuela de nuestra vida espiritual» (Clausura II ses. concilio Vat. II, 4-XII-1963). La Iglesia Madre educa a sus hijos, por la liturgia, en la fe apostólica más genuina y católica (cf. CEC 1124).
«Legem credendi lex statuat supplicandi» (CEC 1124), esto es, la ley de la oración es la ley de la fe, la Iglesia cree como ora. Los dogmas de la Santa Iglesia, lejos de atenuar el misterio, perfilan sus contornos y proporcionan el contenido para que el espíritu pueda avanzar, con certeza, en la oscuridad luminosa de la fe y adentrarse en la profundidad del misterio de Dios, sin temor de apartarse de la ortodoxia doctrinal.
Sin lugar a duda, dentro del maravilloso ciclo litúrgico de la Iglesia, la liturgia del día de Corpus Christi compuesta por nuestro gran Patrono, Santo Tomás de Aquino, sobresale por su sobria grandeza. Con un maravilloso acierto poético, ofrece en una profunda y sublime síntesis densos tratados del misterio de la Eucaristía.
Como preparación a la Solemnidad de este jueves, –o en bastantes naciones de este próximo domingo-, hemos querido traer para nuestros lectores la letra y traducción de los tres himnos del Oficio Divino de este día, el de Vísperas, de Maitines y el de Laudes, con su traducción. Vale la pena hacer un tiempo de oración o de Lectio Divina con estos textos…
Himno de Vísperas:
Pange, língua, gloriósi Córporis mystérium.
Sanguinísque pretiósi, quem in mundi prétium,
fructus ventris generósi Rex effúdit géntium.
Nobis datus, nobis natus ex intácta Vírgine,
et in mundo conversátus, sparso verbi sémine,
sui moras incolátus miro cláusit órdine.
In suprémæ nocte cœnæ, recumbens cum frátribus,
observáta lege plene, cibis in legálibus,
cibum turbæ duodénæ se dat suis mánibus.
Verbum caro, panem verum, Verbo carnem éfficit,
fitque sanguis Christi merum, et si sensus déficit,
ad firmándum cor sincérum sola fides súfficit.
Tantum ergo Sacraméntum venerémur cérnui;
et antíquum documéntum novo cedat rítui;
præstet fides supplementum sénsuum deféctui.
Genitóri, Genitóque laus et iubilátio;
salus, honor, virtus quoque sit et benedíctio;
procedénti ab utróque compar sit laudátio. Amen.
Traducción:
Canta, lengua, el misterio del cuerpo glorioso
y de la sangre preciosa que el Rey de las naciones,
fruto de un vientre generoso, derramó como rescate del mundo.
Nos fue dado, nos nació de una Virgen sin mancilla;
y después de pasar su vida en el mundo, una vez esparcida la semilla de su palabra,
terminó el tiempo de su destierro dando una admirable disposición.
En la noche de la última cena, recostado a la mesa con los hermanos,
después de observar plenamente la ley sobre la comida legal,
se da con sus propias manos como alimento para los Doce.
El Verbo hecho carne convierte con su palabra el pan verdadero en su carne,
y el vino puro se convierte en la sangre de Cristo.
Y aunque fallan los sentidos, basta la sola fe para confirmar al corazón recto en esa verdad.
Veneremos, pues, inclinados tan gran Sacramento;
y la antigua figura ceda el puesto al nuevo rito;
la fe supla la incapacidad de los sentidos.
Al Padre y al Hijo sean dadas alabanza y júbilo,
salud, honor, poder y bendición;
una gloria igual sea dada al que de uno y de otro procede. Amén.
Himno de Maitines:
Sacris solemnis juncta sint gaudia,
Et ex praecordiis sonent praeconia;
Recedant vetera, nova sint omnia:
Corda, voces et opera.
Noctis recolitur coena novissima,
Qua Christus creditur agnum et azyma,
Dedisse fratribus, juxta legitima
Priscis indulta patribus.
Post agnum typicum, expletis epulis,
Corpus Dominicum datum discipulis,
Sic totum omnibus quod totum singulis,
Ejus fatemur manibus.
Dedit fragilibus corporis ferculum,
Dedit et tristibus sanguinis poculum,
Dicens: Accipite quod trado vasculum,
Omnes ex eo bibite.
Sic sacrificium istud instituit,
Cujus officium committi voluit
Solis presbyteris, quibus sic congruit,
Ut sumant, et dent ceteris.
Panis Angelicus fit panis hominum:
Dat panis caelicus liguris terminum:
O res mira bilis! manducat Dominum
Pauper, servus, et humilis.
Te, trina Deitas unaque, poscimus,
Sic nos tu visita, sicut te colimus:
Per tuas semitas duc nos quo tendimus,
Ad lucem quam inhabitas.
Traducción:
Acompañe el júbilo la solemnidad sagrada de este día
y broten alabanzas de los corazones;
muera todo lo viejo y renuévese todo,
sentimientos, palabras y obras.
Hoy evocamos la última Cena de aquella noche,
en la que creemos que Cristo dio a sus hermanos
el Cordero y los Ázimos,
según la ley dada a los antiguos patriarcas.
Creemos que, acabada la cena, tras el Cordero ritual,
el Cuerpo del Señor fue dado por El mismo,
con sus propias manos, a los discípulos,
tan entero a todos como a cada uno.
Dio a los débiles el alimento de su cuerpo,
y a los tristes la bebida de su sangre,
diciendo: tomad este cáliz que os doy,
bebed todos de él.
Así instituyó este Sacrificio,
cuyo ministerio quiso confiar sólo a los presbíteros,
a quienes incumbe tomarlo para sí,
y administrarlo a los demás.
El pan de los ángeles se hace pan de los hombres,
el pan del cielo acaba con las figuras:
¡Oh qué cosa tan admirable!:
el pobre, el siervo y el súbdito come a su Señor.
A ti, Deidad Una y Trina, te pedimos:
que tú nos visites, como nosotros te adoramos;
guíanos por tus senderos a la meta hacia la cual caminamos,
a la luz en la que tú habitas.
Himno de Laudes:
Verbum supernum prodiens,
Nec Patris linquens dexteram;
Ad opus suum exiens,
Venit ad vitae vesperam.
In mortem a discipulo
Suis tradendus aemulis,
Prius in vitae ferculo
Se tradidit discipulis.
Quibus sub bina specie
Carnem dedit et sanguinem:
Ut duplicis substantiae
Totum cibaret hominem.
Se nascens dedit socium,
Convescens in edulium,
Se moriens in pretium,
Se regnans dat in praemium.
O salutaris hostia,
Quae caeli pandis ostium;
Bella premunt hostilia;
Da robur, fer auxilium.
Uni trinoque Domino
Sic sempiterna gloria,
Qui vitam sine termino
Nobis donet in patria.
Traducción:
El Verbo que viene desde lo alto
y que no abandona la derecha del Padre,
que sale a (realizar) su obra,
ha venido al atardecer de la vida.
Quien por su discípulo a la muerte
sería entregado a sus enemigos.
Antes como comida de vida,
se entregó a los discípulos.
A ellos, bajo doble especie
dio (su) carne y sangre
para que en esta doble sustancia
se alimentara todo el hombre.
Al nacer se entregó como compañero,
al comer (se entregó) como alimento;
al morir (se entregó) cual precio;
al reinar se da como premio.
Oh, salvadora hostia
que abres la puerta del cielo,
Guerras implacables (nos) oprimen:
da(nos) fuerza, danos auxilio.
Al Señor Uno y Trino
sea gloria eterna.
Que una vida sin término
nos regale en la patria.
Amén
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