Condenan a un sacerdote jesuita en la India por una violación que no cometió

(Asia News) Además, del P. Aind, han terminado tras las rejas otras cinco personas de una ONG gestionada por la Compañía de Jesús.

En libertad bajo fianza desde el 14 de marzo pasado, el jesuita fue puesto bajo custodia inmediatamente después del veredicto, emitido hace dos días. Sushil Jaiswal, el fiscal general a cargo de la causa, declara: «Fue él quien planificó el crimen». La Conferencia Episcopal India (CBCI) siempre ha rechazado las acusaciones contra el sacerdote, por considerar que son «falsas».

La violación se produjo el 19 de junio en la localidad de Kochang, en el distrito de Khunti. Las víctimas debían participar en una reunión sobre el tráfico de seres humanos y en una muestra de un grupo de artistas. Las activistas -cuatro jóvenes y una mujer- formaban parte de la ONG «Asha Kiran» (Rayo de esperanza) [un centro de recuperación que gestionan las religiosas ursulinas en Fudi, situada a unos 20 km de Ranchi]. Fueron abordadas por unos hombres que llevaban el rostro cubierto, cuando iban camino a la escuela ubicada junto a la iglesia del Sagrado Corazón, donde el P. Aind se desempeña como párroco. Tras ser amenazadas con armas, las víctimas fueron secuestradas y obligadas a adentrarse en la jungla junto a sus raptores. Allí, fueron sometidas por un grupo.

El 22 de junio, la Comisión Nacional de la Mujer (NCW) escribió una carta al director general de la policía de Jharkhand (DGP). En el documento, se solicitaba al funcionario que mantuviera a la comisión informada acerca de las acciones emprendidas por las autoridades con respecto al caso de violación. La NCW comunicaba, además, que había instituido un equipo de investigación compuesto por tres miembros, para indagar sobre el caso y presentar las debidas recomendaciones. En un informe presentado el 28 de junio, la NCW declaró que el incidente de Khunti parecía un hecho «planeado» y «llevado a cabo de manera profesional». La carta deslizaba sospechas sobre la conducta del P. Aind, a quien se señalaba como parte activa en el crimen.

En esos días, el superintendente de la policía de Khunti, Ashwini Sinha, declaró ante la prensa que el P. Aind figuraría entre los cómplices, y lo acusó por no haber denunciado el hecho ante las autoridades. El funcionario también acusó al sacerdote de negligencia, por haber permitido que el grupo de mujeres saliera a la calle junto a las hermanas, pese a que existían amenazas por parte de los criminales. Por ello, el sacerdote fue arrestado junto a otras personas, y fue interrogado y liberado tras haber pagado una fianza. Los agentes sometieron a un interrogatorio tanto al sacerdote como a las coordinadoras de la ONG: Sor Ranjeeta Kindo y Sor Anita Nag.

Sor Julia George, de las Hermanas Ursulinas de Ranchi, comenta: «Esta es una absoluta injusticia contra el Padre Aind. Estoy extremadamente triste por este veredicto. Sor Ranjitha no tendría que haber acompañado a las artistas. Ellas la convencieron de hacer el camino juntas. Ellas son actrices de un grupo de profesionales que montan espectáculos callejeros, para sensibilizar a la población acerca de la trata de seres humanos. Como no había nadie en la zona del mercado, que era el lugar elegido para dar el espectáculo, Sor Ranjitha vio la escuela y descubrió que el edificio alojaba a 500 estudiantes. El instituto es la escuela secundaria Stockman Memorial, donde el P. Aind es director. De modo que propuso que el espectáculo fuese organizado allí, a último minuto y sin previo aviso. En ese momento, llegaron los cinco violadores a bordo de una moto. La condena del P. Aind es una parodia de la justicia».

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