(Asia News/InfoCatólica) El purpurado invita a «examinar el estilo y la calidad de vida» y a «regular los grupos religiosos que no tienen una estructura administrativa», ya que «representan un grave problema».
Confirmando la gravedad y la urgencia de la situación, el cardenal convocó una rueda de prensa en el interior del palacio arzobispal para llamar la atención de las autoridades gubernamentales sobre los grupos religiosos que quieren destruir la armonía confesional en el país. De ahí la necesidad de una «intervención urgente» por parte de los líderes de gobierno, a fin de detener esta deriva extremista y violenta. Solicitó la plena cooperación de todos los ciudadanos, independientemente de la fe que profesen.
El Card. Ranjith subrayó que en el seno de la Iglesia católica «no existen los programas extremistas» y que en el país nunca se han practicado «conversiones forzadas» ni «beneficios económicos para convencer a la gente» de que abrace la fe. Nuestros padres, nuestros progenitores -continuó- «han tenido una vida inspirada en los valores religiosos». Por último, instó a la gente a no convertirse a una fe para obtener beneficios personales, porque «esto representaría una ofensa a la religión».
En su discurso, el arzobispo de Colombo aludió al creciente fenómeno de los pastores (protestantes), predicadores evangélicos y radicales que utilizan medios proselitistas por los que aseguran beneficios económicos y milagros para convertir al mayor número de personas posible. Personas sin escrúpulos que se dirigen sobre todo a personas enfermas, que sufren, que están necesitadas, sin comida ni trabajo, prometiendo ayuda inmediata. Son los promotores de lo que se conoce como teología de la prosperidad, que ha tenido bastante auge en sectores pentecostales aunque también es combatida de las filas del protestantismo evangélico conservador. A esto se suman los grupos que fomentan las tensiones y divisiones entre las diferentes comunidades étnico-religiosas con el objetivo «maligno» de alimentar el caos.
«El cristianismo», recuerda Card. Ranjith, «es un compromiso; no se puede vivir el cristianismo sin sufrimiento. Si no somos capaces de aceptar el sufrimiento y abrazar la cruz» no podemos llamarnos verdaderos cristianos. Por otro lado, recordó que una de las peculiaridades de los católicos es respetar la identidad de otras religiones. «Como es obvio», concluye, no nos dedicamos a este tipo de actividad, yo mismo subrayo que no formamos parte de esta estrategia... Jesús no es mágico».
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