(InfoCatólica) En un artículo publicado con motivo del inicio de la Cuaresma en el Miércoles de Ceniza, el prelado brasileño explica lo sucedido:
«Lamentablemente, la actual campaña de la Fraternidad ha traído división. Por su carácter ecuménico, confiaron la redacción del texto base al CONIC (ndr: Consejo Nacional de Iglesia de Cristo). El principal autor del texto fue un pastor protestante. En la comisión de redacción sólo había un representante de la Iglesia católica que, ciertamente, era un voto discrepante. Pero es un texto básico para el debate, para la discusión. Un texto malo, con insinuaciones erróneas y tendenciosas. No es doctrinario ni obligatorio. La CNBB (ndr: Conferencia Episcopal de Brasil) ya ha declarado que no renuncia a la doctrina católica del Magisterio. Y todos los católicos lo saben».
Al mismo tiempo, advierte:
«Pecan, sin embargo, los que, en su afán por defender lo correcto y atacar los errores, que desgraciadamente existen en la parte humana de la Iglesia, se erigen en maestros y profetas, pierden el respeto debido a las autoridades de la Iglesia y las desacreditan, para alegría de sus enemigos. A la vez que combates el error, incluso queriendo hacer el bien, acaban destruyendo la autoridad, con ofensas, exageraciones y medias verdades, cayendo así en otro error».
Lo cierto es que el texto del CONIC es un refrito de ideología de género, feminismo, pro-LGTB y otros elementos ideológicos de la izquierda, lo cual ha provocado la indignación de multitud de fieles católicos que se han vuelto en contra de los obispos brasileños. Como explica Mons. Rifán, el autor del texto es un pastor evangélico. Se trata de Romi Bencke, bien conocido como activista de izquierdas. El escándalo alcanzó tal dimensiones que la CNBB tuvo que sacar una nota asegurando que el texto no es del estilo de los documentos de la institución episcopal. Ello no sirvió para calmar los ánimos
Entre los obispos son pocos los que se han opuesto radicalmente al texto. Además de Mons. Arêas Rifan, el arzobispo castrense de Brasil, Mons. Fernando Guimarães, aseguró que no pensaba formar parte de La Campaña de Fraternidad y advirtió a la CNBB que, dado que la campaña incluye la realización de una colecta de solidaridad que se hace el Domingo de Ramos, «tampoco se enviará el porcentaje de la colecta destinada a esta conferencia episcopal y que es repartido con otras entidades promotoras de la campaña».
La reacción de los obispos que asumen un texto inaceptable está consistiendo en apelar a la carta del papa Francisco por la que el Pontífice apoya la campaña, pero en dicha misiva no hay mención alguno al texto polémico.
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