(RCat/InfoCatólica) La Constitución de Suiza comienza así:
«¡ En el nombre de Dios Todopoderoso!» El pueblo y los cantones suizos, conscientes de su responsabilidad con la creación».
Según el parlamentario, esta referencia «contradice el principio de neutralidad estatal y ya no es apropiada ante la creciente secularización de la población». Además, indica que «solo Alemania, Grecia, Irlanda y Polonia han anclado un concepto de Dios en su constitución», en Europa.
Su iniciativa fue cofirmada por otros seis parlamentarios, Beat Flach (Verdes), Corina Gredig (Verdes), Katharina Prelicz-Huber (Verdes), Nicolas Walder (Verdes), Cédric Wermuth y Céline Widmer (Socialdemócratas).
Propone jurar lealtad a la nueva religión con el siguiente texto:
«el pueblo suizo y los cantones, en responsabilidad con el medio ambiente».
Se desconoce por el momento si la iniciativa del socialista de origen chileno, también miembro de Amnistía Internacional y de varias ONG (incluida Swissaid) agrada a los suizos.
Su padre era un activista de izquierda chileno que huyó de su país durante el régimen de Pinochet. Molina ha asegurado que se metió en la política precisamente gracias a su progenitor.
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