Mons. Alfredo Horacio Zecca: «Hay cosas que no se pueden equiparar de ninguna manera a una familia»

(Pilar Paz/InfoCatólica) Horas antes de dar comienzo al Congreso, Monseñor Alfredo Horacio Zecca, Arzobispo de Tucumán, se refirió, en el Hotel Catalinas Park donde se alojan algunos de los obispos y cardenales que participan del CEN, al significado de este acontecimiento en un año y un lugar muy importantes para la historia argentina:

«Este Congreso Eucarístico está siendo preparado por el episcopado argentino desde hace muchos años. En realidad como veníamos llevando un ritmo de congresos eucarísticos cada diez años, hubiera tocado hacerlo en el 2014, porque el último se celebró en la ciudad de Corrientes en el 2004. Sin embargo el episcopado pensó que era mejor posponer para que coincidiera el Bicentenario de la Independencia con la celebración del Congreso Eucarístico».

Luego se refirió al lema del CEN, «Jesucristo Señor de la Historia te necesitamos», el cual forma parte, según dijo, de una oración que el episcopado hizo y difundió a raíz de la crisis de los años 2001 y 2002. Añadió que se decidió utilizar este lema porque el Congreso Eucarístico se celebra para adorar la presencia de Jesús en la Eucaristía y en esta oportunidad particular quisieron destacar la presencia de Jesús y de la Fe Católica en la historia de la patria:

«Más de un tercio de los que juraron la independencia eran sacerdotes. Eran 18 laicos y 11 sacerdotes, de manera que la fe católica estuvo presente desde el inicio y nuestros próceres juraron por Dios y ante la Cruz, defender con su honor y con sus bienes».

También expresó que esto busca que esa comunión que se hace en torno a Jesucristo Eucaristía se pueda propagar y extender en una verdadera amistad social.

Al ser interrogado acerca del mensaje del congreso, teniendo en cuenta los ataques a la Iglesia y la familia dijo que es importante cuidarla ya que es la célula básica de la sociedad y si se la descuida no se puede tener una sociedad sana, ya que los vínculos constitutivos fundamentales se viven en ella:

«La esponsalidad, la paternidad y la maternidad fundan la filiación. Donde no hay padre y madre no hay hijos, y donde no hay hijos no hay hermanos. Entonces si nosotros queremos un pueblo de hermanos tenemos que fortalecer ya estos vínculos que hacen yo diría, al equilibrio psicológico y espiritual de las personas. Yo creo que la mejor herencia que puede tener alguien es tener una familia con vínculos sólidos. Este es el mayor capital que tiene un chico o una chica hoy día que llega a la adolescencia. Haber tenido unos padres que los quieran y haber vivido esos vínculos. Si tiene más plata o menos plata importa muy poco, pero si tiene esto, lo cual no tiene que servir de ninguna manera minusvalorar familias que se van armando como pueden, donde de pronto a lo mejor es la abuela con el nieto, y esa es la familia. Es decir en eso tenemos que ser muy cuidadosos, de no presentar una familia tan modélica que todo el mundo diga `bueno mi familia está excluída´. Pero también tenemos que ser muy claros y contundentes a la hora de decir que no cualquier modelo es una familia. Hay cosas que no se pueden equiparar de ninguna manera a una familia como lo ha dicho el Papa en la Exhortación Apostólica, con toda claridad, después del Sínodo para la Familia».

Luego afirmó que el mensaje es congregarse entorno a Jesús Eucaristía, y que eso se prolongue en una amistad social, basada en la justicia y en la verdad, pero también en la reconciliación: 

«Los argentinos no estamos reconciliados. Es decir hay heridas sobre todo de la época de los años setenta que todavía no han cerrado y hay que hacerlas cerrar porque hay que mirar al futuro y no podemos albergar sentimientos de venganza, de rencor».

A esto añadió que un pueblo tiene que, inteligentemente, saber recoger su pasado pararse en el presente y proyectarse al futuro.

«La unidad que buscamos es posible y es ardua pero hay que enfrentarla con alegría. No tenemos que ser profetas de calamidades. Ahora celebramos el segundo centenario. Al día siguiente empieza la construcción del tercer centenario. Ahí tenemos que estar todos juntos, unidos como pueblo y mirando hacia delante con alegría y con deseo de construir. Ese es el mensaje que tenemos que dar».

A las 17 horas se celebró la primera Misa en el Hipódromo. La misma fue presidida por Monseñor Zecca y concelebrada por los cardenales, obispos y sacerdotes asistentes, entre quienes se encontraba el delegado papal, el Cardenal Giovanni Battista Re.

Imágenes del Congreso

 

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