(ACI Prensa) En medio de protestas de un grupo feminista y con una tensión política cada vez más creciente, el juez católico Brett Kavanaugh inició el martes 4 de septiembre las audiencias de confirmación del Senado para que pueda ser finalmente designado como nuevo juez de la Corte Suprema de Estados Unidos.
El lunes 9 de julio el Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció la nominación de Brett Kavanaugh para cubrir la vacante dejada por Anthony Kennedy, magistrado que anunció su retiro y que era conocido por su apoyo al matrimonio gay y al aborto.
Para un presidente de Estados Unidos la elección de uno de los nueve jueces que conforman la Corte Suprema es una decisión de suma importancia, porque se trata de un puesto vitalicio. Un juez de la Corte solo puede ser destituido por el Congreso a través de un complejo proceso de destitución (impeachment) o renunciando por propia voluntad.
De darse la confirmación de Kavanaugh se consolidaría una mayoría pro vida y defensora de los derechos humanos fundamentales en el máximo órgano de justicia del país.
Penny Nance, presidenta y directora ejecutiva de Concerned Women for America, dijo en julio que la batalla para confirmar a Kavanaugh será feroz. «Realmente no es sorprendente que la confirmación de este candidato podría significar el final de toda la industria del aborto. Con tanto en juego, la izquierda hará todo lo que esté a su alcance para detener a este candidato, y tenemos que estar preparados para ayudar a impulsar esta confirmación», destacó.
Los promotores del aborto se oponen a que Kavanaugh busque, junto a otros magistrados, revocar la decisión Roe v. Wade que legalizó el aborto en Estados Unidos.
En las audiencias de confirmación del Comité Judicial del Senado, Kavanaugh será interrogado por los parlamentarios durante cuatro días.
Antes de que Kavanaugh pudiera pronunciar una palabra el día martes, los senadores demócratas que conforman la oposición interrumpieron repetidamente los procedimientos e intentaron retrasar la audiencia.
También hubo continuas protestas durante el día y fueron detenidas cerca de 70 personas, según la Policía del Capitolio.
Tras una hora de retraso, los demócratas del Senado aseguraron no haber tenido tiempo suficiente para revisar los «miles de documentos» publicados el lunes por la Casa Blanca. Alegaron que faltaban algunos y que la audiencia debía postergarse a otra fecha; entre otros reclamos.
No obstante, el presidente del Comité Judicial, Chuck Grassley, dijo que esta es la audiencia «más abierta» en la historia de los Estados Unidos, y que antes había pasado por 15 procesos previos de la misma categoría sin que ocurriera este tipo de situación.
Los demócratas del Senado no fueron los únicos que intentaron interrumpir o cambiar la fecha de la audiencia. La Women’s March (Marcha de Mujeres) también lo hizo y varias de sus miembros fueron retiradas de la sala.
Otro de los momentos de tensión se vivió cuando las dos hijas pequeñas de Kavanaugh fueron escoltadas fuera del recinto ante las protestas dentro y fuera del Senado.
En una declaración enviada por correo electrónico, Rachel O'Leary Carmona, directora de operaciones de Women's March, dijo que la razón por la cual la gente interrumpía la audiencia fue porque «las mujeres morirán si se confirma a Kavanaugh».
Antes de ser nominado para la Corte Suprema, Kavanaugh trabajó en la Corte de Apelaciones de Estados Unidos para el Circuito del Distrito de Columbia.
Allí desarrolló un amplio historial de protección de la libertad religiosa, de la libertad de expresión y aplicó restricciones al aborto. Los líderes pro vida creen que hará lo mismo en la Corte Suprema.
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