(Gaudium Press) La xenofobia ambientada por la pandemia de coronavirus, contagia profusamente la China, particularmente la provincia de Guangdong en el sureste del país. Y discrimina principalmente a personas de raza negra, pero no solo a los negros.
Zhong Feifei es una joven famosa, hija de un chino y de una africana, por tanto china. Pero su tez morena y cabello rizado revelan sus genes del continente negro. Se hizo famosa por haber participado en un programa de televisión de concurso bastante visto en el país, y puede ser que ahora esté lamentando «su salto al estrellato»: le llueven los insultos vía redes sociales.
«Vuelve a tu África, gracias», «no eres bienvenida», «lo peor ha sucedido: negros en programas chinos», «los genes de los negros son más fuertes que los chinos, por eso, si esto se generaliza, cada vez seremos más oscuros y no me gustaría ver muchos niños negros», «sí, discrimino a los negros. ¿Es eso ilegal?», son estos algunos de los ataques que está recibiendo.
La notificación en un MacDonald's
«Se nos ha informado que, de ahora en adelante, la gente de raza negra no puede acceder al restaurante. Por su salud, contacte con la policía local para ser aislado. Disculpen las molestias»: Ese fue el aviso aprobado por un MacDonald's de la ciudad de Cantón, y que ha sido conocido en el mundo entero, y que suscitó las posteriores disculpas de la empresa.
Informa El Confidencial que se pegan fotos de residentes africanos supuestamente contagiados con coronavirus, para que sean evitados por los chinos. En complejos residenciales se les exige que se hagan la prueba del SARS-CoV-2 en lugares públicos, mientras que en otros casos las pruebas se hacen a domicilio. Se obliga incluso a quien haya tenido «contacto con africanos» tenga que realizarse test de coronavirus y que haga cuarentena.
La discriminación no es sólo contra los negros
Pero la discriminación ya se extiende a otros colectivos. La no apariencia física china, ya puede ser causa de discriminación.
En Cantón ya hay controles exclusivos para inspeccionar ciudadanos extranjeros. Para acceder al transporte suburbano es común las requisas y requerimientos sólo a los extranjeros.
El Confidencial recoge el caso de Carlos Miranda, empresario vinícola español que hace más de 10 años reside en China, y que en los últimos días no ha encontrado hotel que lo hospede. «Me han rechazado en 7 solo en la ciudad de Shenzhen, así que últimamente ya llamo de antemano para saber si me dejarán entrar». Cuenta que la gente se aparta de él cuando percibe que es extranjero, pero que realmente está afectado es por su dificultad para alojarse. Por eso suspendió viajes al interior de China hasta Mayo, a ver qué ocurre.
Está también el caso de un vasco, que oculta su nombre, y que tuvo que dejar de ir al gimnasio que frecuentaba. Al parecer uno de los frecuentadores se quejó y luego las autoridades llamaron a su esposa para «decirle que no puede volver». Un andaluz en Zhejiang, que no puede acceder a edificios públicos o centros comerciales: «Ni siquiera me han dejado pasar con el código verde. Les expliqué que no he salido de China desde el año pasado, y nada. Los españoles y los italianos no podemos pasar».
Después de las primeras y fuertes reacciones contra la discriminación de ciudadanos chinos en el exterior, resulta paradójica la discriminación ahora de extranjeros en la China. Pero por paradójica, no es menos real. Las autoridades afirman que a los extranjeros se les trata igual que a los chinos. Pero poca credibilidad tienen las autoridades.
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