(ForumLibertas.com) En todos los hospitales de España hay sacerdotes cubriendo las necesidades espirituales de las personas que están pasando el proceso del virus COVID-19. Son los otros héroes de esta crisis, algunos en edades de riesgo, que acompañan a los que más lo necesitan y cuando más lo necesitan. A veces asumiendo su traspaso.
En España, hasta la fecha se ha contabilizado la infección de 130 sacerdotes por el virus, 20 han perdido la vida por hacer la labor que decidieron desarrollar en el seminario: ayudar a los demás a llegar a la paz de Cristo.
En los hospitales de la provincia de Málaga se ha vivido un ejemplo de compañerismo derivado de que se ha incrementado hasta alcanzar cotas muy elevadas de ingresados por coronavirus y, por ello, también ha aumentado la demanda de los capellanes de estos centros sanitarios, a los que se ha unido un grupo de sacerdotes voluntarios para apoyarles.
Por ello, un grupo de sacerdotes voluntarios se han sumado a los que ya realizaban su actividad pastoral para apoyarles.
Los capellanes y los sacerdotes voluntarios ofrecen asistencia religiosa con la debida protección y lamentan que los pacientes se sientan «muy solos» aunque ellos insistan en que no lo están «y que el Señor y la Virgen están cerca de cada uno; no les dejan nunca».
En Inglaterra, el P. Paul Marquis espera en su oficina en Mercy Hospital hasta que un paciente con COVID-19 necesita ver a un sacerdote. Estos son tiempos extraordinarios para todos, incluidos todos los sacerdotes.
«Tengo mi propia capucha, bata y guantes», dice el P. Marquis, que tiene un equipo de protección asignado. «El cable se conecta desde la parte posterior a un generador que empuja el aire filtrado hacia el enfermo».
Se prepara, con todo el equipo de seguridad en su lugar, para ungir a los enfermos. Este sacramento, en el cual Cristo es bienvenido como médico y sanador. La entrega del sacramento, sin embargo, ha cambiado. Cuando el P. Marquis llega a la habitación, coloca un gran recipiente con aceite sagrado en el pasillo donde se quedará.
«No se puede hacer a la antigua usanza con un recipiente de metal y una bola de algodón», dijo en una entrevista con la Oficina de Comunicaciones de la Diócesis de Portland. «Llevaría COVID-19 de paciente a paciente». En cambio, sumerge una bola de algodón en el aceite, entra en la habitación cerca de la paciente, reza y luego la unge.
«Miles» de sacerdotes se bajan el sueldo
Asimismo, en España numerosos sacerdotes se están bajando el sueldo para donar parte a las víctimas del coronavirus. Había sido una de las recomendaciones de la CEE.
El secretario general de la Conferencia Episcopal Española, Luis Argüello, obispo auxiliar de Valladolid, propuso el pasado lunes a todos los que forman parte de la Iglesia dar «un paso adelante de generosidad».
Pidió, en concreto, que obispos y sacerdotes lideraran con su ejemplo esta iniciativa y donaran una parte de su sueldo a las víctimas del coronavirus. Animó también al resto de fieles a unirse con lo que puedan con el fin que todos los católicos se volcaran en arrimar el hombro en este momento de dificultad social.
En este momento hay «miles» de sacerdotes que han ordenado derivar parte de su sueldo a estos programas de atención a víctimas del coronavirus. «El número exacto es muy difícil de determinar, pues se trata de un asunto muy personal en el que cada uno aporta lo que considera en la medida de sus posibilidades, que son muy diferentes según donde estén destinados y sus circunstancias», aseguran desde la institución de los obispos.
Los obispos también se han sumado a la iniciativa.
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