(CBC/InfoCatólica) El Director Ejecutivo del Programa Mundial de Alimentos (PMA), David Beasley, dijo al Consejo de Seguridad de la ONU que incluso antes de que el coronavirus COVID-19 se convirtiera en un problema, él había advertido a los líderes mundiales que «2020 enfrentaría la peor crisis humanitaria desde la Segunda Guerra Mundial». Uno de los factores que puede provocar tal escenario es la gran plaga de langostas que ha afectado este año a varios países de África
Beasley explicó que a día de hoy 821 millones de personas se acuestan con hambre todas las noches en todo el mundo. Otros 135 millones de personas sufren «crisis alimentaria severa o fatal», y un nuevo análisis del PMA muestra que como resultado del COVID-19, otros 130 millones de personas «podrían ser llevadas al borde de la inanición para fines de 2020».
El PMA está proporcionando diariamente alimentos a casi 100 millones de personas, incluidas «unos 30 millones que literalmente dependen de nosotros para sobrevivir».
Beasley, que se está recuperando tras contraer el COVID-19, dijo que si no se puede contactar con esos 30 millones de personas, «nuestro análisis muestra que 300,000 podrían morir de hambre todos los días durante un período de tres meses».
Y añadió: «En el peor de los casos, podríamos estar alcanzando la hambruna en aproximadamente tres docenas de países, y de hecho, en 10 de estos países ya tenemos más de un millón de personas por país que están al borde de la inanición». .
Por último lanzó este mensaje:
«La verdad es que no tenemos tiempo de nuestro lado, así que actuemos sabiamente y actuemos rápido. Creo que con nuestra experiencia y nuestras organizaciones, podemos reunir a los equipos y los programas necesarios para asegurarnos de que la pandemia de COVID-19 no se convierta en una catástrofe humanitaria por crisis alimentaria».
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