(Gaudium Press/InfoCatólica) El estudio de conservación de edificaciones y artes arquitectónicas John Canning & Company de Estados Unidos ha sido testigo del progresivo aumento de interés de los católicos en la promoción de la belleza en la arquitectura sacra en los últimos años. Según expuso a National Catholic Register David Riccio, quien encabeza la división de Artes Litúrgicos de la firma, el número de trabajos 20 años atrás era de uno o dos por año. Hoy en día, la división debe ejecutar más de 20 proyectos al año. Desde la limpieza y pintura de templos, hasta la recuperación de pinturas y elementos ornamentales cubiertos por reformas o el diseño de nuevas obras de arte sacro, cada uno de los trabajos obedece a una misma necesidad: una mayor belleza en los templos.
Comunicar a través de la belleza el mensaje de la fe católica
Los proyectos de construcción de nuevos templos también demuestran una tendencia hacia la recuperación de los estilos arquitectónicos tradicionales de la Iglesia y la búsqueda de comunicar a través de la belleza el mensaje de la fe católica. El propósito de los proyectos no es la «opulencia por la opulencia», sino apuntar hacia lo divino desde los elementos materiales. Sin embargo, dada la tendencia anterior de reducir al mínimo los elementos en los templos especialmente durante las décadas de 1960 y 1970, el trabajo de Riccio «usualmente se trata más de añadir que de restar».
Mayor belleza no necesariamente significa mayor costo
Un aspecto interesante destacado por el experto es que una mayor belleza no necesariamente significa un mayor costo. «Los diseños de templos mediocres o malos pueden costar tanto como los buenos, y la durabilidad no está allí así que usted podría fácilmente acabar pagando más al cabo de los años por un diseño malo o mediocre que por uno bueno».
«Cuando la gloria de Dios se refleja en una propuesta, la gente tiene una razón para ponerse en acción». Citando a Dante Alighieri, afirmó que «la belleza despierta el alma para actuar».
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