(ACI Prensa) Después de un día en la ciudad de Ragún y antes de dirigirse a Naipyidó, el Pontífice mantuvo este encuentro en el que agradeció su «generosidad» por acudir al mismo.
«En el momento en que ustedes hablaban me vino a la mente una oración. Una oración tomada del Libro de los Salmos: ‘que hermoso es ver a los hermanos unidos’. Unidos no quiere decir iguales. La unidad no es uniformidad», dijo Francisco.
El Santo Padre añadió que «cada uno tiene sus valores, sus riquezas, y también sus deficiencias», y «cada confesión tiene sus riquezas, sus tradiciones, sus riquezas para dar. Y esto solamente puede ser si vivimos en paz».
«La paz se construye en el coro de las diferencias. La unidad siempre se da en la diversidad. Uno de ustedes usó la palabra armonía. Esa es la paz».
El Papa señaló que «nosotros experimentamos una tendencia hacia la uniformidad». «Eso es marcar la humanidad. Eso es una colonización cultural. Nosotros debemos de entender la riqueza de nuestras diferencias étnicas, religiosas, populares… y desde esas diferencias se da el diálogo».
«Uno aprende del otro que, como hermanos, se van ayudando a construir este país, que incluso geográficamente tiene tantas riquezas. La naturaleza en Myanmar es muy rica. No tengamos miedo a las diferencias. Uno es nuestro padre. Nosotros somos hermanos. Querámonos como hermanos. Y si discutimos entre nosotros, como hermanos. Que enseguida se reconcilian. Siempre vuelven a ser hermanos. Yo pienso que solo así tendremos la paz».
Para terminar, les exhortó de nuevo a construir la paz y les advirtió de que «no se dejen igualar por la colonización».
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