En Brasil, el aborto es permitido en caso de violación, riesgos para la madre o si el feto desarrolló una anencefalia, una malformación congénita del sistema nervioso.
El proyecto de ley, aprobado hace dos semanas por una comisión parlamentaria, es considerado un «caballo de Troya» por los activistas del derecho al aborto.
Su objetivo inicial es extender el permiso posnatal de las madres de bebés prematuros, pero diputados vinculados a las comunidades eclesiales evangélicas incluyeron un artículo afirmando que el derecho a la vida es «inviolable desde la concepción», lo que podría excluir a todos los supuestos que actualmente autorizan el aborto.
En la versión actual, el texto «elimina para las mujeres la posibilidad de tomar decisiones sobre hechos que implican violaciones graves de sus derechos humanos más básicos (...), penalizando doblemente a las víctimas de violencia sexual o a las mujeres vulnerables», critica la ONU.
La organización internacional denuncia un «retroceso», que «aleja a Brasil de sus compromisos internacionales» en materia de derechos de las mujeres y sostiene la habitual teoría de que los abortos clandestinos son «una de las principales causas de muerte materna en Brasil y en el mundo».
El proyecto de ley está siendo evaluado en el Parlamento, pero aún debe superar una serie de etapas para ser aprobado definitivamente.
Debe ser debatido nuevamente en comisión, para después someterse a votación en sesión plenaria, donde se necesitan 308 votos para su aprobación , las tres quintas partes de la Cámara de Diputados.
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