(ABC) La decisión fue tomada por el conjunto de los obispos españoles durante la celebración de la 110 Asamblea Plenaria, que tuvo lugar del 20 al 24 de noviembre, a instancias del obispo de Huelva, Mos. José Vilaplana, que trasladó al cónclave la petición de la Hermandad Matriz de Almonte, cuyo presidente, Juan Ignacio Reales, ha mostrado su satisfacción por la declaración y su agradecimiento «a todos los obispos por el reconocimiento y en especial al obispo de Huelva por el apoyo prestado».
A efectos prácticos, según explica el presidente de la Matriz, la declaración del templo como Santuario Nacional no tiene una especial trascendencia», pero «es un reconocimiento, un aval que la Conferencia Episcopal otorga a nuestro Santuario», y un paso previo fundamental para que en un futuro el Santuario de la Virgen del Rocío sea reconocido como Santuario Internacional, algo que habrá de decidir la Santa Sede, como establece el Código de Derecho Canónico.
Este decreto de la Santa Sede ha sido solicitado hace tiempo por la Matriz, consciente como es de que la devoción rociera hace mucho que traspasó incluso las fronteras españolas. La materialización de esta expansión mundial es la creación de la Hermandad del Rocío de Bruselas en el año 2000, que con el respaldo de la Hermandad Matriz crearía el Camino Europeo del Rocío, que discurre por los santuarios más significativos de Bélgica, Francia y España hasta llegar al, ahora, Santuario Nacional de la Virgen del Rocío.
Más seguridad y recogimiento
La declaración de Santuario Nacional para el templo que alberga la imagen de la Virgen del Rocío llega pocas fechas después de que se instale un nuevo elemento de su patrimonio destinado a preservar la seguridad, la intimidad y el recogimiento de los rezos y los cultos que se celebran en él. Se trata de un cancel que ha sido situado en la entrada principal del Santuario, diseñado por Eladio León y realizado por la carpintería Mapusol y la herrería de Aníbal García. La obra de carpintería y orfebrería, que fue bendecida el pasado 3 de noviembre, está especialmente concebida para que, en el momento de las salidas de la Virgen en procesión, las puertas puedan plegarse sobre sí mismas.
En cuanto a la decoración, en el cancel, realizado en madera oscura y muy resistente, aparecen cuatro rosetones que representan el escudo de la Hermandad Matriz, la Paloma que simboliza al Espíritu Santo, Jesús, hombre y salvador y el escudo pontificio. En la parte inferior se recoge el anagrama mariano además de otros elementos decorativos distribuidos por el cancel que por otra parte dispone de dos ventanas de cristal que permitirán que la imagen de la Blanca Paloma pueda ser contemplada en su altar desde fuera del Santuario.
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