(Fides) El lugar de culto, en Al Our, el pueblo junto a la ciudad de Samalut, en la provincia de Minya, de donde procedían 13 de los 21 mártires, ha sido construido en los últimos meses, y las ceremonias del 15 de febrero marcarán su inauguración solemne. Muchos familiares de los mártires coptos estarán presentes en los momentos litúrgicos y conmemorativos, pero aún no ha sido confirmada la posibilidad de transferir a la nueva iglesia sus restos mortales que fueron identificados en una fosa común en la costa libia, cerca de la ciudad de Sirte.
Los 21 coptos egipcios fueron secuestrados en Libia a principios de enero de 2015. El vídeo de su decapitación fue puesto en internet por los sitios yihadistas el 15 de febrero. Justo una semana después de su masacre bárbara, el Patriarca copto ortodoxo Tawadros II decidió inscribir a los 21 mártires sacrificados por Daesh en el Synaxarium, el libro de los mártires de la Iglesia copta, estableciendo que su memoria se celebrase el 15 de febrero. «El vídeo que retrata su ejecución, - dijo después de la masacre a la Agencia Fides Anba Antonios Aziz Mina, obispo copto católico emérito de Guizeh -, fue construido como una escalofriante puesta en escena cinematográfica, con la intención de diseminar el terror. Sin embargo, en ese producto diabólico de ficción y horror sangriento, vemos que algunos de los mártires, en el momento de su ejecución bárbara, repiten 'Señor Jesucristo'. El nombre de Jesús fue la última palabra que apareció en sus labios. Como en la pasión de los primeros mártires, se confiaron a Aquel que pronto los recibiría. Y así celebraron su victoria, la victoria que ningún verdugo puede quitarles. Ese nombre susurrado en el último instante ha sido como el sello de su martirio» (GV) (Agencia Fides 9/2/2018).
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