(La Nuova Bussola/InfoCatólica) En los últimos días se ha llevado a cabo en Brasil la 41ª edición de la «Romaria da Terra», es decir, de la Procesión de la Tierra, bajo el lema «Mujeres tierra. Resistencia, cuidado y diversidad ». Se trata de un evento organizado por la Comisión Pastoral de la Tierra de la Conferencia Episcopal brasileña y está dirigido sobre todo a los campesinos. Cuenta con el apoyo de los obispos de Río Grande do Sur, el Movimiento de Trabajadores Rurales sin tierra y por la Prefectura municipal de Pontão.
Se realiza hace ya muchos años y por supuesto en este tiempo, después de la encíclica Laudato Si, los temas de la defensa de la naturaleza, atención a ésta y al trabajo que se dedica a ella han cobrado un énfasis aún mayor. Pero tal vez los organizadores se han dejado llevar por el entusiasmo, así como los no pocos obispos presentes. Porque como se puede ver en la fotografía, durante la Misa, llegado el momento de la consagración, junto a los obispos y prelados católicos están presentes – junto a sus colegas bajo obediencia romana – también dos «obispesas» protestantes una de las cuales, en primer plano, con la mano levantada, como otros sacerdotes y obispos, «consagra» el pan y el vino.
Ahora bien, el problema es que esto no ha ocurrido en la pequeña capilla de un monasterio, frente a unos pocos amigos íntimos. Sucedió frente a una multitud, que, como se puede ver en el video, participa en la Romaria.
Además de las dos obispesas protestantes estaban alrededor del altar: Mons. Donizetti (obispo auxiliar de Porto Alegre); Mons. Romulo (obispo de Montenegro); Mons. Adilson Busin (obispo auxiliar de Porto Alegre); Mons. Alejandro Ruffinoni (obispo de Caxias do Sul); Mons. Rudolf Weber (Arzobispo de Passo Fundo); Mons. Jacinto Bergmann (Arzobispo de Pelotas); Mons. Jaime Kohl (obispo de Osório); el párroco del lugar y de un diácono.
Traducido por M. Virginia O. de Gristelli
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