(Vaticannews) En la audiencia general del último miércoles de febrero, el Papa Francisco saludó, como de costumbre a los peregrinos llegados de tantos países del mundo. En su «cordial saludo a las personas de lengua árabe, en particular a aquellas procedentes de Siria, de Tierra Santa y del Medio Oriente, el Santo Padre instó a «rezar por estos hermanos», no sin antes recordar que ésta es una «tierra martirizada»:
«¡Debemos rezar por estos hermanos, que están en guerra y por los cristianos perseguidos, que quieren echarlos de aquella tierra! Recemos por estos hermanos y hermanas nuestros».
Francisco prosiguió recordando que en la Eucaristía «nosotros ofrecemos al Señor las cosas que el mismo no has dado, pidiéndole que nos done, en cambio, a sí mismo. De este intercambio entre nuestra pobreza y su riqueza, recordó el Papa, nosotros aprendemos que sólo en el dar nos enriquecemos, sólo en el abrir nuestros corazones al Señor y a los hermanos permitimos a Dios que nos llene con la abundancia de su gracia. ¡Que el Señor los bendiga a todos y los proteja del maligno!».
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