(Catholic Herald/InfoCatólica) Al actualizar las normas y los reglamentos que rigen la renuncia de los obispos y de los jefes del departamento de la Curia Romana que no son cardenales, el Papa Francisco dijo que continuarán en el cargo hasta que acepte sus renuncias.
La actualización se publicó en un documento titulado «Imparare a congedarsi» («Aprender a decir adiós») y se le dio «motu proprio», es decir, por propia iniciativa del Papa. Las nuevas reglas entraron en vigencia el 15 de febrero, el mismo día en que fue publicada por la sala de prensa del Vaticano.
El Código de Derecho Canónico estableció previamente que una renuncia que requiere aceptación «carece de fuerza si no se acepta dentro de tres meses», mientras que una que no requiere aceptación «entra en vigencia cuando ha sido comunicada por el que renuncia».
Sin embargo, el Papa dijo que después de consultarlo, «se dio cuenta de la necesidad de actualizar las normas para adaptarse a los tiempos y métodos de renuncia al llegar al límite de edad».
Bajo las nuevas normas, «la aceptación o extensión, por un tiempo especificado o no especificado, se comunica a la persona» que renuncia.
El final de una misión en la iglesia, escribió el Papa, «debe considerarse una parte integral del servicio en sí mismo, ya que requiere una nueva forma de disponibilidad».
«Esta actitud interior es necesaria cuando, por razones de edad, uno debe prepararse para dejar el cargo y cuando se le pide que continúe ese servicio por un período más largo a pesar de cumplir los 75 años», escribió el Papa Francisco.
Quienes se preparan para retirarse, dijo, también deben prepararse «adecuadamente ante Dios, despojándose del deseo de poder y la presunción de ser indispensables».
«Esto nos permitirá cruzar este momento con paz y confianza que de otro modo podría ser doloroso y conflictivo», escribió el Papa.
El Papa Francisco también actualizó las normas que implican la renuncia de los jefes de dicasterios de la Curia Romana que no son cardenales.
En un documento publicado en 2014, el Papa declaró que «los jefes de dicasterios no cardenales en la Curia romana, los secretarios y obispos que cumplen otras funciones de nominación pontificia dejan su cargo al completar su 75 ° años».
Ahora, decretó el Papa, los obispos y prelados que encabezan las oficinas en la Curia Romana aún deben ofrecer sus renuncias a los 75, pero si se van o no depende del Papa que «decidirá evaluar las circunstancias concretas».
Sin embargo, el pedido de obispos y prelados de ir más allá de su mandato «no debe considerarse un privilegio o triunfo personal, ni como un favor debido a presuntas obligaciones derivadas de la amistad o cercanía, ni como gratitud por la eficiencia de los servicios brindados», afirmó el Papa.
«Esta decisión pontificia no es un acto automático sino un acto de gobierno», escribió el Papa. «En consecuencia, implica la virtud de la prudencia que ayudará, a través del discernimiento adecuado, a tomar la decisión correcta».
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