(Actuall) Las palabras de un senador republicano que las que anunciaba que posiblemente el juez del Tribunal Supremo de Estados Unidos, Anthony Kennedy, renuncie a su cargo este verano, han levantado expectativas entre el movimiento provida.
El juez Kennedy, pese a ver sido nombrado por el republicano Ronald Reagan en 1987, se ha mostrado favorable al aborto en los casos que han llegado al tribunal mientras ha formado parte de él, y ante su posible renuncia, y con la promesa de Donald Trump de nombrar como jueces del Supremo a defensores de la postura provida, también los favorables al aborto están temblando.
En caso de que el presidente Trump cumpla su promesa, la elección de un magistrado provida podría conceder una mayoría a los magistrados defensores de la vida y que se pueda revocar la polémica Roe vs Wade. En los últimos años, la Corte Suprema estadounidense ha estado dividida y un sólo voto ha inclinado las sentencias en favor de las leyes proaborto.
Kennedy, de 81 años, el segundo juez más mayor en el Supremo, ha esperado a que hubiera un presidente republicano para presentar su renuncia -los jueces del Supremo son elegidos de por vida- y podría hacerlo este verano. Otros dos jueces también mayores, aunque no se ha oído nada de posibles renuncias, son Ruth Bader Ginsburg de 84 años y Stephen Breyer, de 78, ambos de posturas claramente proabortistas.
Los defensores del aborto han descrito la posible marcha de Anthony Kennedy como “un desastre para los derechos de todos los americanos”, conscientes de que de que la llegada de un juez provida podría suponer un vuelco para su negocio.
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