El Papa visita Pietrelcina

(AsiaNews/InfoCatólica) Que el ejemplo del p. Pío haga de sus conciudadanos «instrumentos del amor de Jesús hacia los más débiles». Su enseñanza sea de ayuda a una tierra «en un momento no fácil como el presente, mientras la población decrece progresivamente y envejece porque muchos jóvenes están obligados a ir a otras partes para buscar trabajo». Comenzó en Pietrelcina, pueblo natal del santo con las estigmas, la visita que el Papa Francisco quiso realizar y a san Juan  Rotondo en el centenario de los estigmas permanentes de P. Pío y en el 50° aniversario de la muerte del santo.

Llegado a la pequeña ciudad  algunos minutos antes de las 8.00, Francisco se detuvo brevemente en oración en la capilla de S. Francisco delante del olmo de las estigmas y luego dirigió un saludo a algunos miles de personas allí reunidas.

«En esta comunidad – afirmó el Pontífice refiriéndose a San Pío de Pietrelcina – él templó su propia humanidad, aprendió a orar y a reconocer en los pobres la carne del Señor, hasta que creció en el seguimiento de Cristo y pidió ser admitido entre los Frailes Menores Capuchinos, convirtiéndose de tal modo en Fray Pío de Pietrelcina. Aquí, agregó el Papa, él comenzó a experimentar la maternidad de la Iglesia, de la cual fue siempre un hijo devoto». «Él amaba a la Iglesia, con todos sus límites y todos sus pecados, la Iglesia santa y los pecadores».

«Nos encontramos hoy en el mismo terreno sobre el cual el p. Pío vivió desde setiembre de 1911 para ‘respirar un poco de aire sano’ después que había ‘experimentado la mejoría’ para su propio físico (Carta 44, en Epistolario I, p, 233) En aquel tiempo, de hecho, él residía en su pueblo natal por motivos de salud. En ese tiempo no existían los antibióticos».

«Aquel no fue para él un periodo fácil: era fuertemente atormentado en su interior y temía caer en el pecado, sintiéndose asaltado por el demonio. El demonio agregó-nos tienta». «Con quien podía hablar ya sea por vía epistolar ya sea en el pueblo: al arcipreste, el p. Salvatore Pannullo manifestó “casi todo” su “tentativo por recibir aclaraciones” (Carta 57, en Epistolario I, pág. 250)».

«En estos terribles momentos, el padre Pío adquirió la linfa vital de la oración continua y de la confianza que supo poner en el Señor». «Todos los fantasmas que el demonio había introducido en la mente del fraile capuchino, desaparecían cuando él, se abandonaba con confianza en los brazos de Jesús. Así escribía al Ministro provincial, el p. Benedicto, en marzo de 1911, afirmando que el propio corazón se sentía “como atraído por una fuerza superior antes de unirse a Él a la mañana en el sacramento». «El Padre Pío, se sumergió en la oración para adherirse cada vez mejor a los diseños divinos. A través de la celebración de la Santa Misa, que constituía el corazón de toda su jornada y la plenitud de su espiritualidad, alcanzó un elevado nivel de unión con el Señor». «En este periodo, agregó el Pontífice, el padre Pío recibió de lo alto especiales dones místicos, que precedieron a la manifestación en su carne de los signos de la pasión de Cristo».

«Queridos hermanos y hermanas de Pietrelcina y de la diócesis de Benevento, ustedes cuentan a S. Pío entre las figuras más bellas y luminosas de vuestro pueblo». «Este humilde fraile capuchino – señaló el Pontífice – ha maravillado al mundo con su vida dedicada a la oración y a la escucha paciente de los hermanos, en cuyos sufrimientos derramaba como bálsamo la caridad de Cristo. Imitando su heroico ejemplo y sus virtudes, puedan ustedes convertirse en instrumentos del amor de Jesús hacia los más débiles». «Al mismo tiempo, considerando su incondicionada fidelidad a la Iglesia, debéis dar testimonio de comunión, porque sólo la comunión edifica y construye. Un país que pelea todos los días no crece, asusta a la gente, mientras que un país donde todos se quieren crece, crece y se expande». «Por favor, paz entre ustedes, comunión entre ustedes. Y si alguien quiere chismosear con otro, morderse la lengua, le hará bien».

«Espero que este territorio pueda traer una nueva vida de enseñanzas de vida del Padre Pío en un momento no fácil como el presente, mientras la población decrece progresivamente y envejece porque muchos jóvenes son obligados a irse a otras zonas a buscar trabajo». «La migración interna de los jóvenes». «Y por favor, no marginen a los viejos, son la sabiduría, que sean protagonistas de su pueblo»

«La intercesión de su Santo ciudadano apoya las intenciones de unir las fuerzas, a fin de ofrecer especialmente a las generaciones jóvenes perspectivas concretas para un futuro de esperanza. No se pierda una atención atenta y atenta a los ancianos, un patrimonio incomparable de nuestras comunidades». «Me gustaría que alguna vez el Premio Nobel fuera otorgado a los ancianos, custodios de la memoria».

«Animo a esta tierra a preservar como un tesoro precioso el testimonio cristiano y sacerdotal de San Pío de Pietrelcina: es para cada uno de ustedes un incentivo para vivir plenamente su vida, al estilo de las Bienaventuranzas y con las obras de misericordia».

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