La Divina Providencia designó a España para llevar a cabo una misión trascendental en la historia, llamándola a ser uno de los principales bastiones de la cristiandad y la evangelizadora del nuevo mundo. Pero no fue fácil al apóstol Santiago predicar en España a sus gentes testarudas, especialmente a orillas del Ebro, donde el apóstol encontró almas nobles, pero duras como el roquedal. Tuvo que venir la Santísima Virgen, trasladada por ángeles en volandas, a depositar su pilar, símbolo de que la fe nunca desaparecerá en nuestra patria, hecho insólito en la historia.
El político español Jorge Fernández Díaz, hombre de sincera fe y muy devoto de la Virgen, ha estudiado a fondo muchas de las apariciones marianas. En esta ocasión nos habla en profundidad de esta importante advocación tan relacionada con la magna empresa de la evangelización de América y que tanta significación tiene para él, pues es Caballero del Pilar.
La advocación de Nuestra Señora del Pilar tiene unas características muy peculiares. Para empezar técnicamente no es una aparición, sino una traslación.
Así es, técnicamente en las apariciones de la Virgen reconocidas por la Iglesia o que sin estar reconocidas aún, tienen fundamentos sólidos de autenticidad se considera que la Virgen viene del cielo a traer un mensaje a sus hijos, que somos los hombres. Estas apariciones se han producido con posterioridad a la asunción de la Virgen a los cielos en cuerpo y alma. Sin embargo en el caso del Pilar la Virgen viene a Zaragoza, según una profunda tradición católica y confirmada como luego veremos por no pocos milagros, cuando la Virgen aún vivía en Éfeso.
Había ido allí acompañada del apóstol San Juan cumpliendo el mandato que Nuestro Señor le había dado desde la cruz: “Madre aquí tienes a tu hijo, hijo aquí tienes a su madre”. En San Juan estábamos representados todos los hombres como hijos espirituales de la Virgen. María vino a Zaragoza el 2 de enero del año 40 y por lo tanto se le considera una traslación, una bilocación, pues la Virgen vivía aún en carne mortal. Y se apareció a uno de los tres apóstoles que pertenecía al núcleo de mayor intimidad con el Señor, Santiago el Mayor.
El 2 de enero no es casualidad porque ha sido una fecha muy significativa en la historia.
Bueno la casualidad es un término que utilizamos todos en el lenguaje común, pero la casualidad, en estricto sensu como tal, no existe. Son coincidencias que como diría San Juan Pablo, con ocasión del atentado que sufrió el 13 de mayo de 1981, día de Fátima, son un designio de la Providencia. El 2 de enero es una fecha muy significativa porque la Virgen vino en carne mortal a Zaragoza a confirmar en su fe apostólica a Santiago el Mayor, que predicaba a los celtíberos, pobladores de Hispania. Otro 2 de enero está grabado de manera indeleble en la historia de España. Fue el 2 de enero de 1492 cuando los Reyes Católicos formalizaron la conquista del Reino de Granada con la entrega de las llaves por parte de Boaddil.
La devoción pilarista está muy relacionada con el Camino de Santiago.
Por supuesto, estamos hablando de la Virgen María, Reina de los Apóstoles y de Santiago, uno de los tres apóstoles más íntimos (junto con San Pedro y San Juan) que acompañaron al Señor en momentos muy singulares como la transfiguración del Tabor, la oración en el huerto de Getsemaní, la noche del Jueves Santo, víspera del comienzo de su Pasión. No se entiende el Camino de Santiago sin la Virgen del Pilar porque es evidente que esa aparición de la Virgen fue conocida ampliamente por la cristiandad y fue determinante para que la cristiandad se pusiera en marcha a través del Camino de Santiago por diversos itinerarios para confluir en el lugar donde, según la Tradición, en el siglo noveno se descubrió el sepulcro del apóstol.
La santa columna del Pilar siempre se ha considerado símbolo de que la fe no desaparecerá nunca en España…
Así es y evoca mucho lo que la Virgen le dirá después en Fátima a Sor Lucía (en la tercera parte del mensaje, considerado como el secreto) en 1917, que en Portugal se conservaría siempre el dogma de la fe. En España ya se lo había dicho en el año 40 a Santiago el Mayor, que ahí se conservaría la fe y ese pilar representa la columna sobre la que se asienta el edificio de la fe en España.
La oración colecta de la Misa del Pilar dice concédenos fortaleza en la fe, seguridad en la esperanza y constancia en el amor…
Sí, son las tres virtudes teologales (fe, esperanza y caridad), que junto con las cuatro cardinales (fortaleza, prudencia, justicia y templanza) forman parte del depósito de nuestra fe. La Virgen viene a confirmar con su presencia esas virtudes dejando como testimonio de esa promesa la columna y es evidente que no pueden ser ajenas a esa promesa las virtudes teologales.
Bombardearon el Pilar en la Guerra Civil y no pudieron destruirlo.
Sí y de hecho en la Basílica del Pilar se conservan esa bombas como testimonio de ese hecho histórico. Fue bombardeado el templo y efectivamente no llegaron a explosionar y con eso, gracias a Dios, no se produjo el daño que se pretendía sobre un monumento tan singular y extraordinario como es la Basílica de Nuestra Señora del Pilar. Diversos testimonios acreditan la veracidad de este hecho histórico.
Fue decisiva la Virgen en la vitoria de la Guerra Civil española…
El hecho histórico de la Guerra Civil española es conocido desde el punto de vista político, económico, militar… Todo abundaba en que la República no corría serio peligro y el bando nacional no podía triunfar. En la gran mayoría de las zonas de España ese alzamiento no triunfó el 17 o el 18 de julio. Donde triunfó fue en el ejército de África, en el protectorado de España en Marruecos, pero en la península fueron contadísimas las localidades donde triunfó. Militarmente no tenía apenas posibilidades. Desde el punto de vista económico los grandes centros industriales, la propia industria de armas, quedaron bajo el gobierno de la República. Y políticamente en aquel momento, año 1936, el gobierno de la República tenía una intensa relación con el gobierno de la Unión Soviética y no era por tanto previsible en esas circunstancias que triunfaran los sublevados. Pero es evidente que hay que buscarle otras razones para que finalmente la Guerra Civil terminara con el fin que todos conocemos. Unos creeremos en la influencia extraordinaria y sobrenatural y otro no creerán, pero lo cierto es que humanamente era una empresa condenada al fracaso y así lo reconocieron significativos dirigentes de la República.
La Virgen se apareció en Zaragoza para dar fortaleza a unas de las ciudades más perseguidas en los primeros años del cristianismo con sus innumerables mártires…
Así es y luego tenemos hechos muy significativos que se produjeron con ocasión de la guerra de la Independencia en la ciudad de Zaragoza, que sufrió por parte de las tropas napoleónicas un asedio profundísimo y allí se dieron hechos muy singulares. Ello popularizó la jota aragonesa que decía así: “la Virgen del Pilar no quiere ser francesa, quiere ser capitana de tropa aragonesa”. Desde los más remotos antecedentes recogidos en los anales de la historia, con tradiciones escritas y orales, la vinculación de Zaragoza y de los aragoneses en general con la Virgen del Pilar y su manto protector sobre ellos es algo absolutamente conocido y reconocido.
De entre todos los milagros, sin duda el más famoso y de repercusión internacional fue el de Calanda…
El milagro de Calanda es el gran milagro, desde los milagros recogidos en los Evangelios o en los Hechos de los Apóstoles. Es reconocido ese milagro por sus características como un milagro sin precedentes y claramente un antecedente de la resurrección de la carne. El milagro consistió en síntesis en que un joven llamado Miguel Pellicer, natural de la localidad aragonesa de Calanda, la noche del 29 de marzo de 1640 se había acostado a dormir con la pierna derecha amputada tres dedos por debajo de rodilla. La amputación se le había efectuado en el hospital Nuestra Señora de Gracia de Zaragoza dos años y medio antes. De repente despertó con la misma pierna que le había sido previamente amputada y enterrada, como era costumbre en la época, reimplantada en su cuerpo. Tenía al parecer una cicatriz por la zona de la pantorrilla producida por una mordedura de perro y eso hacía que esa pierna fuera muy identificada. Cuando fueron al lugar donde la enteraron comprobaron que no estaba.
Ese hecho tiene muchas singularidades, que lo convierten en un hecho absolutamente excepcional y único, entre ellos que hay un acta notarial que lo reconoce. La Providencia lo dispuso así. El notario de Mazaleón, una localidad muy próxima a Calanda, levantó acta notarial de los hechos acaecidos. Fue algo muy conocido y se expandió rápidamente por el resto de España y la Europa de la época porque la noche 29 de marzo de 1640 había soldados de caballería que pernoctaron en su casa, como era costumbre según las normas de la época. Había un soldado pernoctando en la cama de Miguel Pellicer, por lo cual él se había costado en un jergón en el suelo.
Hubo muchos testigos de Zaragoza que vieron a Pellicer con la pierna amputada.
Después de la amputación Miguel Pellicer estuvo como mendigo en la puerta del Pilar durante dos años, de tal manera que la gran mayoría de zaragozanos que iban a visitar a la Virgen allí lo veían. Por eso muchos ciudadanos conocían perfectamente a Miguel Pellicer y pudieron testimoniar y dar fe de que tenía la pierna amputada. El acta notarial está hoy en día en el despacho del alcalde de Zaragoza. Fue el Ayuntamiento de Zaragoza el que ante el clamor y la evidencia de ese hecho instó el expediente para ser declarado y reconocido como milagro. Algo que hizo el 27 de abril del año siguiente 1641 el arzobispo de Zaragoza, tras un profundo proceso en el que declararon numerosísimos testigos. El hecho fue tan evidente, que no hay margen de duda para reconocer que la Virgen del Pilar fue la que obtuvo ese milagro extraordinario. Miguel Pellicer tenía desde pequeño una profunda devoción a la Virgen del Pilar y cada día con el aceite de las lámparas votivas que había junto al camarín de la Virgen se untaba el muñón de la pierna y pedía la intercesión de la Reina del Cielo. Cuando despertó con la pierna milagrosamente restituida afirmó que había soñado que la Virgen del Pilar le había conseguido ese milagro. En no pocas representaciones artísticas de ese milagro se ve a unos ángeles, cual cirujanos, restituyéndole la pierna con la Virgen del Pilar al fondo.
La Virgen de Pilar es patrona de la Guardia Civil….
La Virgen del Pilar es la Patrona del Cuerpo de la Guardia Civil por real orden del rey Alfonso XIII de 8 de febrero de 1913, recogiendo lo que había sido una tradición nacida en el corazón de la Guardia Civil. La conmemoración de la Virgen del Pilar tiene lugar el 12 de octubre y es una tradición que ese día se celebra en la Guardia Civil con el debido esplendor.
Siendo usted ministro de Interior elevó la Orden de Mérito de la Guardia Civil a la categoría de Gran Cruz.
Tuve el honor de modificar la ley que regula la Orden del Mérito de la Guardia Civil para incorporar a esa orden la categoría de Gran Cruz, asimilándola en ese sentido a las órdenes militares de los tres ejércitos. Dada la naturaleza militar de la Guardia Civil era un deseo que se profundizara en esa homologación con los ejércitos y a esos efectos tener una condecoración similar. Fue aprobada por real decreto del consejo de ministros a propuesta del ministro del Interior. Dado que tenía lugar el centenario del patronazgo de la Virgen del Pilar sobre la Guardia Civil, a instancias del arzobispo general castrense, la Santa Sede autorizó un año jubilar para la Guardia Civil. Yo quise que, coincidiendo con la efeméride de ese centenario, se creara la categoría de Gran Cruz. Como era un condecoración de nueva creación me pareció oportuno y conveniente que la primera Gran Cruz de la Orden del Mérito de la Guardia Civil la obstentara quien era su patrona: la Virgen del Pilar.
Y lo celebraron por todo lo alto en la Basílica y la plaza del Pilar.
El 7 de octubre del año 2012 esa conmemoración decidí que se llevara a Zaragoza, a la Plaza del Pilar, donde fue la parada militar, el acto de entrega de condecoraciones, el desfile etc…Antes en la misma Basílica, el arzobispo de Zaragoza celebró una solemne Misa y a continuación en el camarín de la Virgen y en presencia del arzobispo y numerosos generales y mandos de la Guardia Civil tuve el honor de hacer la ofrenda de esa condecoración a la Virgen del Pilar.
Y luego tuvo ocasión de peregrinar a Roma y tener audiencia con el Santo Padre.
Con ocasión del cierre de ese año jubilar pilarista que la Santa Sede había concedido para la Guardia Civil tuve ocasión de presidir una delegación de este cuerpo que fue a Roma a ser recibidos en audiencia por el Papa Benedicto XVI. Fue especialmente emocionante ver como en el aula Pablo VI una mujer sargento se puso a entonar el himno de la Guardia Civil. Se puso en pie toda la delegación, se hizo una silencio impresionante y se veía visiblemente conmovido y feliz a Benedicto XVI. Yo le regalé al Papa una distinción muy propia de la Guardia Civil, un pequeño tricornio de plata con una imagen soldada encima de la Virgen del Pilar, que él recogió visiblemente contento. La sorpresa fue que esa fue la última audiencia de Benedicto XVI antes de anunciar su retirada, que fue el lunes siguiente, 11 de febrero, fiesta de la Virgen de Lourdes de 2013. Con posterioridad tuve la ocasión de ser recibido por el hoy Papa emérito en tres ocasiones y me es muy grato constatar que en la residencia Mater Ecclesiae del Vaticano, donde reside, hay una imagen muy visible y grande de la Virgen del Pilar.
¿Por qué merece la pena peregrinar al Pilar?
En primer lugar porque es un santuario mariano extraordinario y ya sabemos que las gracias, por mediación de la Virgen Santísima, se prodigan en los santuarios marianos. En este caso el Pilar es el primer santuario de la cristiandad porque fue la primera aparición de la Virgen (en carne mortal) y pidió que se construyera en torno al Pilar que ella dejó un templo, que en el transcurso de los siglos se ha convertido en la extraordinaria Basílica que es hoy.
Si a eso le añadimos además que el 12 de octubre es la fiesta de la Hispanidad, porque el 12 de octubre de 1492 la expedición comandada por Cristobal Colón y a las órdenes de los Reyes Católicos avistó tierra americana. De la misma manera que la aparición de la Virgen de Guadalupe propició la evangelización de América a partir de 1531, la Virgen del Pilar impulsó que España llevase la fe a América. La Virgen del Pilar es la patrona de la Hispanidad. La enseñas de los países de Hispanoamérica están allí en el templo del Pilar. Por tanto hay extraordinarios y numerosísimos motivos para peregrinar a ese santuario mariano donde la Virgen, bajo la advocación del Pilar, se prodiga con extraordinaria generosidad hacia sus hijos.
¿Qué representa la Virgen del Pilar en su vida?
Todos sabemos lo que significa un pilar o una columna, que es sinónimo de fortaleza y por tanto es evidente que la Virgen, en la advocación del Pilar de manera especial, es el pilar sobre el que se asienta nuestra fe. No podemos olvidar que después de la muerte del Señor los discípulos estaban desmoralizados y la Virgen los fortaleció en la fe y en la esperanza y los reagrupó. 40 días después de la ascensión del Señor a los cielos María estaba en cenáculo rezando con los apóstoles cuando vino el Espíritu Santo en formas de lenguas de fuego. La Virgen del Pilar es el pilar de nuestra fe y yo no soy una excepción. Como hijo de la Iglesia e hijo de la Virgen que soy tengo que decir que he sentido en mi vida de manera muy especial su mano poderosa y maternal, especialmente en los momentos de tribulación.
Javier Navascués Pérez
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