La guerra entre Armenia y Azerbaiyán podría reiniciarse tras la renuncia de Nikol Pashinián

(Asia News) El primer ministro saliente se presentará como candidato del partido Acuerdo Civil. La fecha de la dimisión, explicó Pašinyan (Pashinián), es particularmente simbólica, ya que él mismo instituyó el «Día del Ciudadano» en 2019, en honor a la participación popular en la «revolución de terciopelo». Esa revolución lo llevó luego al poder, y ahora se propone «devolver el poder a los ciudadanos».

En realidad la oposición pedía su renuncia desde noviembre pasado, tras el desastroso conflicto con Azerbaiyán. El primer ministro fue acusado de sucumbir al enemigo, aceptando los acuerdos de paz bajo la observación de Rusia y Turquía. Incluso el katolikos (patriarca) de la Iglesia Apostólica Armenia, Karekin II, junto con otros jerarcas, se había sumado a la demanda de los opositores.

Pašinyan intentó resistir, haciendo recaer la culpa de la derrota sobre la incapacidad de los generales y las intrigas de la oposición. El golpe de gracia, sin embargo, fue su reciente viaje a la provincia de Syunik, escenario de una nueva disputa con Azerbaiyán. Syunik fue la prestigiosa sede de una de las dinastías del antiguo reino de Armenia, la de los Syuni, desde el siglo I antes de Cristo. Según los acuerdos trilaterales del 9 de noviembre de 2020 entre Rusia, Armenia y Azerbaiyán (con Turquía a sus espaldas), al finalizar el conflicto por Nagorno Karabaj, la ruta que conecta la capital azerbaiyana Bakú con el enclave de Nakhičevan, en territorio armenio, debe pasar por esta región. En los últimos días el presidente de Azerbaiyán, Ilham Aliev, declaró que «de esa manera el pueblo azerbaiyano volverá al Zangezur», como los azeríes llaman a Syunik.

«¡Fuera traidor!»

La antigua provincia tiene un territorio predominantemente montañoso, con grandes bosques de considerable interés naturalista, donde todavía se puede encontrar leopardos caucásicos. Sus habitantes no se encuentran entre los más leales a la dirigencia actual de Armenia, porque temen que Pašinyan esté dispuesto a ceder también sus tierras. Por eso el propio primer ministro acudió a Syunik entre el 21 y el 23 de abril, pero el recibimiento fue bastante hostil y la gente gritaba «¡Fuera traidor!».

El actual primer ministro saliente pensó que podría recuperar la confianza de la población, y el viaje a Syunik tenía una importancia estratégica en esa campaña. Syunik es una de las zonas que más ha sufrido como consecuencia de los acuerdos de paz, debido a su ubicación, al sur de Karabaj, y porque es uno de los principales centros de la oposición en el país. Pašinyan ya había intentado visitarla en diciembre del año pasado, inmediatamente después de la derrota bélica, pero la población bloqueó las rutas, instigada por las propias autoridades locales, y el primer ministro tuvo que conformarse con una breve visita a la ciudad de Sisyan, en el norte de la región.

Antes del conflicto de 2020 Syunik vivía en condiciones relativamente tranquilas, limitando al este con Nagorno Karabaj todavía en manos armenias, al sur con Irán y solo al oeste con el azerbaiyano Nakhičevan, del que la separa una escarpada cresta montañosa. Ahora los azeríes rodean la región desde el este a lo largo de la ruta, y algunos pueblos han quedado divididos en dos partes por la frontera.

Esta vez Pašinyan consiguió visitar los principales centros de la región llegando sin previo aviso, pero las redes sociales habían anunciado su presencia de todos modos y no faltaron tensiones especialmente en las ciudades más al sur, Agarak y Megri. El cortejo del primer ministro fue recibida por columnas de manifestantes acalorados que gritaban insultos como «aborto de los turcos» y siktir git («fuera de aquí»), una expresión turca que los armenios utilizan para humillar a sus adversarios. Cuando el automóvil se acercaba al cementerio local de Agarak, los manifestantes se subieron al capó gritando «ven aquí, para que los padres de los soldados muertos puedan escupirte en la cara».

En Sisyan, el primer ministro también intentó visitar la iglesia de San Gregorio el Iluminador, apóstol y protector de Armenia, pero el sacerdote local Pargev Zeinalyan se negó a darle la mano y le pidió que abandonara el lugar sagrado (foto 2). Al final del recorrido por Syunik, el primer ministro exigió la renuncia del jefe de seguridad local, al que públicamente le arrancó las insignias, y la situación se calmó un poco, aunque en el camino de regreso la gente arrojó huevos contra el vehículo que lo transportaba.

En los últimos días también se ha hablado del Syunik, o más bien del Zangezur, en Bakú, tras el discurso del presidente Aliev por televisión la noche del 20 de abril. Aliev prometió abrir la vía de comunicación con la región sur «a cualquier precio», restaurando también el ferrocarril que existía en la época soviética, cuyas vías habían sido arrancadas por los armenios. Ahora estos deben restaurarlas según los acuerdos de paz, garantizando la seguridad del transporte.

La realización del proyecto progresa con lentitud debido precisamente a la resistencia de la población local. El principal mediador armenio en las negociaciones, el viceprimer ministro Mger Grigoryan, condicionó la ruta de Syunik a la reapertura de todos los tramos del período soviético que conectaban la URSS con Irán. Sin embargo, el presidente azerbaiyano advirtió que «si los armenios no abren el corredor por las buenas, lo haremos nosotros por la fuerza».

La amenaza de un nuevo conflicto probablemente sea decisiva para el resultado de las próximas elecciones, en las que Pašinyan espera relanzar su imagen de «líder del pueblo». El país ha sufrido mucho y está dividido, y es probable que ni siquiera el nuevo parlamento sea capaz de encontrar una solución a la crisis.

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