(Aica/InfoCatólica) La Corte de Casación de Francia, la instancia judicial más alta del país, ratificó que el cardenal Philippe Barbarin, arzobispo emérito de Lyon, no encubrió abusos sexuales tras ser acusado de no haber actuado ante los perpetrados por el sacerdote Bernard Preynat en los años 80 y 90.
El purpurado francés fue condenado en primera instancia a seis meses de prisión con suspensión de pena por este delito. Sin embargo, más tarde fue absuelto en proceso de apelación en enero de 2020. Aun así, un grupo de víctimas decidió recurrir ante la Corte de Casación que ahora confirmó que las acusaciones en su contra eran falsas.
Debido al revuelo causado en la opinión pública y en los medios, el cardenal Barbarin presentó su renuncia al papa Francisco en dos ocasiones, la que finalmente le fue aceptada en marzo del año pasado. En junio se despidió de sus fieles de Lyon y desde entonces vive retirado, como capellán en un convento en Rennes.
Hace unos meses, el purpurado galo publicó el libro «En mon âme et conscience» («En mi alma y en mi conciencia»), en el que reconoce que pudo cometer errores en su gestión, lo cual no significa en ningún caso que encubriera nada. Aun así, denuncia que se convirtió de forma injusta en «símbolo de la pedofilia». El cardenal Barbarin sostiene que se sintió «pisoteado en la cuneta» y que acabó «espiritualmente destrozado».
«Algunas personas, a pesar de mi absolución, continúan mezclando las cosas y se niegan a reconocer los hechos, no es gran cosa. Le sucedió a Jesús y a muchos discípulos después de Él», subraya en el libro.
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