Queridos hermanos, ¡el Señor os dé su paz!
En la Carta a los Efesios, san Pablo escribe: “Porque en otro tiempo fuisteis tinieblas; pero ahora sois luz en el Señor. Vivid como hijos de la luz, pues el fruto de la luz consiste en todo tipo de bondad, justicia y verdad. Examinad qué es lo que agrada al Señor, y no participéis en las obras infructuosas de las tinieblas, antes bien, denunciadlas. Sólo el mencionar las cosas que ellos hacen ocultamente da vergüenza; pero, al ser denunciadas, salen a la luz. Pues todo lo que queda manifiesto es luz. Por eso se dice: “Despierta tú que duermes, y levántate de entre los muertos, y te iluminará Cristo”. Así pues, mirad atentamente cómo vivís; no seáis necios, sino sabios” (Ef 5, 8-15).
En el compromiso de vivir como hijos de la luz, yo y el Definitorio general queremos sacar a la luz una situación grave en la que se encuentra la Curia general de la Orden. La cuestión se refiere a la estabilidad financiera de la Orden y su patrimonio. Si por una parte nuestra principal preocupación ha sido y continúa siendo la de verificar la naturaleza, el alcance y las consecuencias de cuanto ha sucedido, por otra parte también reconocemos el papel significativo que algunas personas externas, que no son miembros de la Orden, han tenido en el asunto, que ha llevado a esta grave situación.
El pasado mes de septiembre, el Definitorio general ha decidido comenzar a dar una serie de pasos para llevar a cabo una investigación interna sobre las actividades financieras realizadas por la Oficina del Ecónomo general. Se ha creado una subcomisión dentro del Definitorio general para que sirva como órgano consultivo. Juntos hemos trazado un itinerario que permita recoger información fiable, para identificar posibles puntos débiles y examinar todos los documentos disponibles con el fin de llegar a decisiones lo más claras y conscientes posibles sobre el mejor modo de proceder para garantizar la solidez financiera de la Orden de manera coherente con los valores franciscanos y el estilo de vida al que nos debemos. Inmediatamente hemos pedido la intervención de un equipo de abogados altamente cualificados, que aún continúan trabajando para la Orden. Las autoridades eclesiásticas competentes han sido informadas de estas preocupaciones nuestras y, regularmente, las ponemos al día sobre la manera en que va evolucionando la situación. Además, hemos explicado la situación de manera sucinta y, por tanto, incompleta a algunos Ministros provinciales y Custodios de algunas Conferencias Franciscanas, a los que también se le ha pedido ser solidarios con la Curia general a través de la oración y en otras formas significativas. Siento mucho no haber podido contactarme con todos los Ministros y Custodios. Les pido a todos los Ministros provinciales y Custodios su comprensión y ayuda financiera para que nos ayuden a hacerle frente a la actual situación, que también incluye el pago de grandes sumas de dinero por intereses.
Una segunda serie de iniciativas ha sido puesta en marcha con la finalidad de recuperar el control sobre las actividades económico-financieras de la Curia general. El Ecónomo general ha renunciado tanto a su cargo de Ecónomo general como al de Representante Legal. El Vice-Ecónomo general ha comenzado a actuar como Ecónomo general en funciones y el Definitorio general ha nombrado otro hermano como Representante Legal. Además se ha elegido un tercer hermano, experto en cuestiones económicas y administrativas, que ha sido nombrado Delegado especial del Ministro general para los asuntos económicos de la Curia general y ha comenzado su trabajo al inicio del mes de octubre de 2014. A la Orden se le ha dado noticia de estos cambios a través de la página web.
Estos tres hermanos han comenzado a trabajar en estrecha colaboración, formando un grupo operativo, tras nombramiento del Definitorio general; a este grupo le ha sido asignada una tarea con tres objetivos:
a) verificar la situación económica actual en el que se encuentra la Curia general;
b) examinar y verificar los sistemas ya operantes de vigilancia y de control y proponer cambios para reforzarlos y potenciarlos;
c) examinar las actividades de la Oficina del Economato general desde el 2003 hasta hoy, prestando especial atención a cualquier operación que pueda despertar sospechas o preocupación.
Este grupo operativo ha llevado a cabo la investigación de una forma muy independiente del Ministro y del Definitorio general, proporcionándoles, sin embargo, informes periódicos y actualizaciones referentes a los tres objetivos antes mencionados. El grupo operativo continúa con su trabajo de investigación.
De la investigación interna han surgido algunos elementos importantes. En primer lugar, la Curia general se encuentra en una situación de grave, subrayo “grave”, dificultad financiera, con una gran cantidad de deudas. En segundo lugar, se ha encontrado que los sistemas de vigilancia y de control financiero de la gestión del patrimonio de la Orden eran o demasiado débiles o poco libres, con la inevitable consecuencia de su falta de eficacia con respecto a la preservación de una administración responsable y transparente. Ya hemos tomado las medidas adecuadas para hacer frente a estas fragilidades. En tercer lugar, parece que ha habido una serie de transacciones financieras dudosas, lideradas por hermanos a los que se les había sido confiado el cuidado del patrimonio de la Orden, sin el pleno conocimiento y consentimiento del anterior y del actual Definitorio general. El alcance y la importancia de estas operaciones han puesto en grave peligro la estabilidad financiera de la Curia general. Estas operaciones dudosas involucran diferentes personas que no son franciscanos pero que parecen haber jugado un papel central en el asunto. Por estas razones, el Definitorio general decidió por unanimidad solicitar la intervención de las autoridades civiles, de modo que puedan arrojar luz sobre este asunto.
Nos sentimos alentados por el ejemplo ofrecido por el Papa Francisco en su llamada a la verdad y a la transparencia en las actividades financieras tanto en la Iglesia como en las sociedades humanas. A nosotros los franciscanos se nos pide que demos testimonio de los valores que hemos profesado como hermanos del Evangelio y de la vida evangélica, valores puestos aún más en evidencia en la reciente publicación sobre La administración franciscana de la economía. Debemos confiar en que, siguiendo el curso de la verdad, Dios nos guiará en el camino de conversión.
San Pablo nos recuerda precisamente a todos nosotros, Hermanos Menores del Evangelio: “Porque en otro tiempo fuisteis tinieblas; pero ahora sois luz en el Señor. Vivid como hijos de la luz; pues el fruto de la luz consiste en todo tipo de bondad, justicia y verdad” (Ef 5,8-9). Invito a todos vosotros, queridos hermanos, a que viváis como hijos de la luz. Os aseguro que yo y el Definitorio general haremos cualquier esfuerzo que sea necesario para garantizar una vigilancia justa, transparente y ética de las actividades financieras de la Curia general. También haremos todo lo posible para afrontar abierta y directamente la grave situación financiera en la que nos encontramos.
Me doy cuenta de que muchos de vosotros quedarán muy decepcionados y desanimados por todo este asunto. Además, surgirán muchas preguntas, para las que ustedes tienen derecho a una respuesta. Espero poder ofrecer pronto más información. Tengo la intención de hacer un informe, lo más exhaustivo posible, respecto a todo este asunto durante el Capítulo general. Mientras tanto, junto con el Definitorio general, os pido desde lo profundo del corazón orar intensamente y apoyarnos mientras continuamos afrontando la evolución de esta dolorosa situación y mientras nos preparamos para celebrar el Capítulo general 2015.
Fraternamente, vuestro
Fr. Michael A. Perry, OFM
Ministro general y servidor
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