Al aceptar el registro de niños nacidos de vientres de alquiler
Tras el anuncio por parte del ministro de Justicia, Rafael Catalá, de la futura aprobación de varias enmiendas a la reforma del Registro Civil para que acoja la inscripción de los nacimientos por «vientre de alquiler», Profesionales por la Ética acusa al gobierno español de haber legaliza de manera encubierta los «vientres de alquiler» y la venta de seres humanos.
13/12/14 10:27 AM | Imprimir | Enviar
(PpE/InfoCatólica) Ante el anuncio realizado ayer por el ministro de Justicia de inscribir en el Registro Civil los nacimientos producidos por «gestación por sustitución», conocida como maternidad subrogada o «vientre de alquiler», Profesionales pro la Ética desea manifestar lo siguiente:
- La gestación por sustitución es una práctica ilegal en España. En los últimos años se está desarrollando un negocio muy lucrativo en el que parejas del mismo o distinto sexo o personas sin pareja acuden a otros países para «adquirir» niños gestados por mujeres de esos países.
- Lógicamente, los niños gestados por madres en el extranjero no son culpables de no estar inscritos en España. Lo lógico y lo coherente con el ordenamiento jurídico es inscribir a los niños en su país de nacimiento y como hijos de su madre biológica y tramitar la adopción con todas las garantías.
- En todo caso, el Gobierno español no debe legalizar el registro de estos niños si quiere ser coherente con la legislación que prohíbe la maternidad subrogada. Esta práctica debe ser universalmente abolida porque vulnera la dignidad de la mujer y convierte al niño en un producto comercial. La maternidad es un patrimonio de la mujer y su venta o alquiler es ofensiva. El niño de corta edad, como afirma la Declaración de Derechos del Niño, no debe separarse de la madre salvo casos excepcionales.
Leonor Tamayo, portavoz de Mujer, Madre y Profesional, una iniciativa de Profesionales por la Ética, asegura que «resulta paradójico que el Gobierno español mantenga una ley que lleva a la mujer, ante la más mínima dificultad, a abortar, sin protección ni ayuda ninguna. Y a la vez legalice de manera encubierta la compraventa de bebés utilizando a la mujer como instrumento. La inscripción en España de niños procedentes de la maternidad subrogada es una ofensa a la dignidad de la persona porque permite la procreación sin familia».
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