Mons. Lars Messerchmidt denuncia desde Dinamarca a los «instrumentos del diablo»



(Portaluz/InfoCatólica) En algo ha podido cumplir aquél anhelo, aunque el fuego que hoy combate es de otra magnitud y entidad… El padre Lars, es también el exorcista oficial en Dinamarca y con la pedagogía sencilla de un buen catequista, concedió al escéptico y laicista magazine Vice de Estados Unidos una amena entrevista donde habla de «los instrumentos del diablo» y su experiencia por décadas, expulsando demonios.


¿Cómo empezó su vínculo con el exorcismo?


Fue en los años 70 cuando empecé a notar más y más manifestaciones físicas de los demonios. Recuerdo un encuentro de oración, donde vi una mujer poseída echada hacia atrás por un ‘algo’. Entonces, una persona gritó: «¡déjala Satanás!» Eso funcionó. Empecé a ver un montón de cosas y así fue como empecé a interesarme.


¿Cuántos exorcismos ha realizado?


No sé exactamente, pero son algunos cientos. La verdadera posesión demoníaca puede tomar años exorcizarla. En este momento mi calendario está copado, porque parece que hay más posesiones que nunca. Mis colegas españoles me han dicho que hay un montón de personas en América Latina necesitadas de exorcismo. Esto es porque ellos mezclan Cristianismo y sus antiguas creencias nativas. Ese cóctel religioso particular, es demoníaco.


Entonces, ¿cómo ejerce exactamente su labor?


La gente me busca porque están atormentados por los demonios. Yo por lo general pido que me describan sus síntomas y después de que contestan, trato de hacer un diagnóstico. Es importante para mí distinguir si se trata de un problema psicológico, o si la persona está realmente poseída por un demonio.


¿Cómo puede usted precisar la diferencia?


Tenemos nuestras herramientas. Utilizamos diferentes pruebas, con un crucifijo o agua bendita por ejemplo. A los demonios les desagrada cualquiera de esas dos. Pido a la persona que sostenga el crucifijo, y, a menudo, si están poseídos por un demonio, no pueden. También asperjamos agua bendita sobre ellos.


Ayer, de hecho, una persona que vino no podía siquiera mirar al crucifijo y cuando asperjé el agua bendita sobre ella, dijo que le quemaba su piel.


¿Significa que estaba poseída por un demonio?


Sí, me parece que se trataba de un demonio. No terminamos, pero vamos a reunirnos cuando ella lo decida. Continuaremos nuestra conversación y en algún momento, voy a tener que llevar a cabo un exorcismo.


¿Qué es exactamente lo que quieres decir con un exorcismo?


El exorcismo es una forma especial de oración, donde el exorcista, en el nombre de Dios, ordena salir al espíritu maligno. Normalmente, no quiere. Por lo tanto, se convierte en una lucha, a veces física, porque puede tirar, literalmente, a una persona por tierra. En tales casos, necesitamos algunos hombres fuertes para mantener a la persona.


Afortunadamente, por lo general es mucho menos dramático. Los demonios pueden causar pérdida del conocimiento, dependiendo de cuan poderosos sean. A veces, el demonio toma el control y se muestra a mitad de la oración. También ocurren casos en que después de un par de minutos de transcurrido el exorcismo, el demonio sale y la persona queda exactamente donde la dejó, sin saber lo que ha sucedido.


¿Son múltiples oraciones que utilizan? ¿O simplemente una?


Hay un par de diferentes. Tengo una en latín, una en alemán y una en danés. ¿Qué lenguaje uso?, depende de la situación. Es un hecho bien conocido que los demonios entienden todos los idiomas.


Eso es un hecho bien conocido, sí. Y… ¿cuál es la relación de un exorcista con el Vaticano?


Este verano, el Papa aprobó nuestra organización. No era la función de exorcista lo que él aprobó. Los exorcistas han existido siempre, como la iglesia misma. Pero ser un exorcista solía ser una actividad solitaria. Es por eso que esta organización fue fundada: para dar a los exorcistas la posibilidad de encontrarse en una conferencia una vez al año. La organización también ofrece la posibilidad de formarse para convertirse en un exorcista, ya sea en una universidad en el Vaticano, o en los EE.UU. Sin embargo, en primer lugar usted debe ser un sacerdote.


¿Cuántos miembros tienen en su organización?


Sé que hubo entre 250 y 300 participantes en la última conferencia. A todo el mundo se le permitió llevar un asistente y yo conté algunos de esos invitados. Hubo un buen número de médicos, psiquiatras y psicólogos.


¿En serio? ¿Ellos comparten sus opiniones sobre los demonios?


Conozco a un psiquiatra estadounidense. La primera vez que lo conocí, le pregunté: «¿Cree usted que hay personas, que están poseídas por demonios?» Y él respondió que sí. Él es consultor para temas de exorcismo en una iglesia de Nueva York. Esa es la forma en que debería funcionar. Yo siempre pregunto por la historia médica personal.


¿Por qué alguien acaba poseso?


Hay dos razones. La primera es que usted hizo algo estúpido, abriendo así la puerta a la actividad demoníaca. Sanación alternativa, cuestiones de la Nueva Era (New Age), clarividencia o las cartas del tarot. Esa es la puerta al mundo de lo oculto, y ese es el mundo de los demonios. Algunos clarividentes realmente quieren ayudar a la gente, pero son simplemente ingenuos. Otros son instrumentos del diablo. El abuso de drogas o sexo también abre la puerta al diablo.


¿Algo más?


Maldiciones. Yo no lo creía al comienzo, pero es verdad. Muchos africanos son perseguidos por los demonios. Yo siempre pregunto (a quien le solicita ayuda) si hay alguien que le odia. Si tienen enemigos, a menudo van con un médico brujo y le piden que los maldiga y el diablo disfruta esta obligación.


¿Seguro que si maldices a alguien estás abriendo las puertas al infierno?


Están en connivencia con el diablo; son herramientas de Satanás. Da miedo. Ayudé a una mujer que había sido maldecida. Los médicos no habían podido ayudarla. Le pedimos a Dios intervenir por si alguien la hubiera maldecido. Ella recordó que su tío le había dado un vaso de zumo cuando tenía 15 años y se descubrió que con el zumo la había maldecido. Oramos y pedimos a Dios que la ayudara. De repente, se fue al baño y comenzó a vomitar violentamente. Diez minutos más tarde, ella me dijo que había estado vomitando objetos físicos, como uñas. Eso es muy común después de las maldiciones. Ella pasó la noche vomitando, pero al día siguiente estaba libre de su maldición.


Una gran parte de nuestros lectores son personas jóvenes no creyentes, ¿tiene algún consejo para ellos? Además de vigilar su zumo de naranja…


Tienen que tener cuidado. Si involuntariamente se meten en un ambiente satánico, pueden perderse para siempre. Los jóvenes no quieren escuchar, ellos piensan que lo saben todo y eso es muy peligroso. Eso es orgullo y el Diablo salta sobre eso.



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